jueves, 31 de enero de 2008

Tablón de anuncios

Compañeros, la Fundación para un Nuevo Periodismo Iberoamericano acaba de convocar la edición de este año de los premios que distinguen a los mejores profesionales españoles. Es un galardón de los que relucen porque lo entrega gente buena, gente del gremio bien fajada en esto de juntar letras. Y además, viene con 25.000 dólares de regalo, que no está mal en los tiempos de precariedad que vivimos. Entrad en este enlace: http://www.nuevoperiodismo.org/ Una vez dentro, picad en "premios", en "bases" y en el "premio Cemex-FNPI". Animaros, que seguro que tenéis buen material escondido. El plazo está abierto hasta de 29 de febrero.

Wilde dice adiós


Se acaba el mes de enero y toca pasar página de calendario. Durante 31 días, durísimos e intensos sin excepción, ha estado mirándome desde la pared un señor elegante llamado Oscar Wilde. Sus ojos me dicen que sabía lo que le iba a pasar, que sabía que el destino le depararía algo más duro, infinitamente más, que el clavel que lleva en la solapa y el cigarro aromático que porta en su mano derecha. En sus ojos está la fidelidad rota y el escarnio. Igual lo veo porque sé que fue eso lo que pasó. Pero el caso es que lo veo, sí, con claridad. Juzgad vosotros.
Esta noche cuando me marche a casa cerraré los ojos de Wilde para abrir los de Montesquieu. Nace febrero. Pero mientras eso pasa, quiero que hoy resuenen en mis oídos los versos más tristes que escribió el inglés, los de la Balada de la cárcel de Reading. Aquello de "Pero aunque todos los hombres matan lo que aman /no todos deben morir por ello". El alegato más hermoso jamás escrito contra la pena de muerte y la ausencia de libertad, con permiso del maestro Hugo (El último día de un condenado a muerte). Adiós, Oscar.


P.D.: A quien quiera comprarse la Balada, le recomiendo la edición bilingüe e ilustrada de Hiperión.

miércoles, 30 de enero de 2008

De rositas


Nunca. Nadie. Por nada. En Israel todo pasa y nada queda. "Y si pasa se le saluda", que decía un periodista deportivo con olor a butano. La entrega definitiva del Informe Winograd, encargado de examinar la tarea del Gobierno israelí durante la guerra de los 34 días contra Hezbolá, es concluyente. "El primer ministro Ehud Olmert actuó razonablemente". Así. Sin más. Un señor sin carisma, que está donde está porque a su jefe Ariel Sharon le dio lo que le dio a la cabeza (tanto veneno llevaba dentro), cuyo mayor mérito fue ser un alcalde normalillo de Jerusalén, que se encendió contra un grupo terrorista y le siguió el juego causando centenares, miles de muertos, y ahora resulta que todo lo hizo "razonablemente" bien. No sé dónde está lo razonable: el Gobierno libanés estimaba que los daños causados por la guerra en su país se elevaban a 1.187 nacionales muertos, 4.060 heridos, 256.000 desplazados y 15.000 viviendas destruidas (muchos de los muertos y heridos eran miembros de Hezbolá). Por parte de Israel, las cifras ofrecidas por los medios de comunicación, citando como fuente las Fuerzas Armadas israelíes, cifraban en 116 los soldados muertos y 450 los heridos. Entre los civiles, 41 muertos y 604 heridos. No son malas cifras, ¿no? Una hermosa guerra.


Pues nada, que aquello fue comedido. Bien es cierto que el informe detecta "graves fallos" en el proceso de toma de decisiones tanto del Gobierno hebreo como del Ejército, lo que condujo a un "gran fracaso". "Israel comenzó y acabó una guerra sin lograr una victoria clara. Una organización paramilitar (Hezbolá) resistió al Ejército más potente de Oriente Próximo durante semanas (...). Tanto el primer ministro como el de Defensa (el olvidado Amir Peretz) actuaron conforme a una valoración honesta y firme de lo que, para ellos, era necesario para los intereses israelíes". Y encima, constata que la guerra "no alcanzó sus objetivos". Objetivos que, recordemos, eran muy claros: vengar la muerte de ocho soldados en un ataque de los terroristas y recuperar a otros dos militares que aún hoy siguen secuestrados y en paradero desconocido, Ehud Goldwasser y Eldad Regev. El primero creo que quedó saciado con tanta sangre. Del segundo, ya digo, no hay nada de nada.

Entiendo que un país tiene el derecho legítimo a defenderse cuando está siendo atacado, pero no estimo que el secuestro de dos militares, la muerte de ocho y la lluvia desde luego no diaria de misiles de escasa potencia desde suelo libanés fuese motivo suficiente para masacrar a los habitantes de un país, para criminalizarlos a todos por lo que hace un grupo terrorista, con todas sus letras pese a su red de asistencia sanitaria, educativa y alimentaria. Hezbolá es lo que es y nadie lo niega, pero parece que lo que no se ve es que Israel, sus gobernantes, tomaron una decisión desproporcionada que no admitía un paso atrás. Encima les salió el tiro por la culata, porque la contienda evidenció que al super Tshal se le puede vencer.

El caso es que como el Winograd, tan esperado, no pide que rueden cabezas, nadie en Israel se plantea adelantar las elecciones, como ha dicho ya el ministro de Finanzas, Ronnie Bar-On. Pues nada, a seguir soportando un Gobierno en minoría tras la marcha de Avigdor Lieberman (qué personaje más tenebroso), plagado de escándalos económicos y sexuales. Qué pena. Con la buena gente que hay allá. Con la cantidad de israelíes honestos, currantes, inteligentes y deseosos de paz. ¿Cuándo encontrarán un gobernante en condiciones? Un día lo tuvieron y se lo cargaron. Desde dentro. Qué poca esperanza.


P.D: Sin salir de Israel pero en un tono más frívolo, os envío un vídeo para que veáis como es Jerusalén nevado. Ay, quién estuviera por allá. Shalom, hermanos. Ah, y la foto del señor Olmert se la he robado a AFP.

Nos hacemos viejos

Yo por lo menos. No sé vosotros. No es malo ni bueno si sabemos conservar las ganas, la energía, la inocencia, el entusiasmo. Pero es real. El marcador va sumando, aunque como dice mi amigo Borja, recién cumplidos los 27, "nos quedan muuuuuuuuuchas cosas por delante como para estar tristes". Sin embargo, ya tenemos lo suficiente recorrido como para que de vez en cuando nos asedien los fantasmas pasados. Todo esto viene a que anoche tuve una sesión de regresión a los 16 oyendo el nuevo disco de Pedro Guerra. Y que la entrevista que Gemma Nierga acaba de hacerle en La Ventana me ha devuelto esa sensación. A este cantor canario, grandísimo, lo conocimos con Golosinas, cuando cantaba cosas que nos eran más cercanas (por ideología, por sentimiento, por edad). A grito limpio me he dejado mil veces la voz con El marido de la peluquera, por ejemplo. Después lo seguimos compartiendo su senda, entendiendo sus luchas, aplaudiendo sus apuestas, como ese Hijas de Eva que tan poco sonó en las radiofórmulas y tan claro decía lo que hay que decir, o Bolsillos, otro grande.
En cambio ahora, ay, ha editado un disco hermosísimo en otra fase. Es un tipo de 40 tacos, con dos hijos, estabilizado, con menos neuras que entonces. Ha hecho una joya mesurada, tierna. Lo que me demuestra esa verdad tremenda de que el tiempo pasa y nos arrolla. El cantautor rebelde es ahora un padre respetable. Pero la oyente adolescente de entonces sigue necesitando letras más desgarradas y más rabiosas. Y con más conciencia y con más pasión. Puff, y eso que han pasado más de 10 años. En fin, que os compréis el disco. Sólo por "Corazón enfadado" (de enfado y de fado) merece la pena.

Conseguido

Mis más sinceras felicitaciones al Periódico de Cataluña. Sí señor. Después de la exclusiva compartida de Capa han logrado el más difícil todavía: dar con uno de los protagonistas de sus imágenes rescatadas. Se llama Xavier Camps y lo tenéis en el siguiente enlace. Están contando la historia mejor que nadie, de principio a fin, como si fuera un buen folletín. Un filón que están sabiendo explotar con maestría. No hay más que repasar el resto de la prensa nacional para ver que van con más de una cabeza de adelanto. Un gran trabajo.

http://www.elperiodico.com/default.asp?idpublicacio_PK=46&idioma=CAS&idnoticia_PK=478809&idseccio_PK=1026

martes, 29 de enero de 2008

Cronistas de infantería


La noticia es del viernes, pero por unas o por otras se me olvida siempre colgarla. Anabel Díez, de El País, ha sido galardonada con el Premio Luis Carandell (otro muy grande) a la mejor cronista parlamentaria. Josefa Díaz, de la Cope, ha sido elegida la mejor cronista senatorial. Los premios los entrega precisamente la Asociación de Periodistas Parlamentarios. A la compañera de la Cope, lo siento, la conozco lo justo, pero a Anabel Díez la sigo de lejos. Es la firma referente, esa que buscas, que lees, porque es garantía de buena pluma, orden, claridad, seriedad. Fiable sería la palabra que mejor la define. Y sencilla, me dicen los que la conocen bien. Yo no tengo el gusto más que de haber compartido con ella tres o cuatro mítines de ZP. Lo bueno de esta mujer es que no es de esos columnistas que marcan dogmas. No. Es periodista. Así la citan en su diario. Sin más etiquetas. Y así desde hace 25 años. Contándonos lo que les pasa a sus señorías. Todos los días. Eso tiene mérito. ¿Véis como aún queda gente buena en el gremio?


Debilidades

Con escepticismo y esperanza a partes iguales, así afronta la que suscribe la política. No, tranquilos, no voy a hablar de elecciones ni de peleas de precampaña. Sin embargo, sí voy a referirme a un político, uno de los pocos que me parecen íntegros, serios, de valía en este país. A lo mejor me puede que sea joven, que sea educado, amable, con pinta de tipo legal. A lo mejor me puede saber que ETA le puso una bomba bajo su coche y le arrancó una pierna. Y a lo mejor lo que me puede es que es guapo y que mi amiga Clara le quiere montar un club de fans. Todo es posible. Sea como sea, me gusta Eduardo Madina. Cómo aborda el debate (nunca grita!), cómo echa horas en el Congreso (ahora que lo veo doy fe) y no va sólo para votar, cómo es capaz de entender al de enfrente sin estridencias. El blog de Juanlu me llevó al de Javier Casal (http://juanlu.eltridente.org/archivos/2008/01/23/javier-casal-vuelve/), y el de Casal al de Madina. Benditos favoritos. Así he descubierto que el personaje político es además un chaval que comparte conmigo algunos gustos musicales, reflexiones, referencias cinematográficas. Un señor que adore a Tim Burton siempre será mi amigo. Aunque no todo sean coincidencias, ojo. Aquí va el blog, pues. Quién me iba a decir que os iba a recomendar a un político. Pues sí. Pero es diferente. Ahí va.

lunes, 28 de enero de 2008

El tesoro más grande del mundo


Ni en los mares del Sur, ni en el Caribe, ni en Perú. Que deje de buscar el Odissey. El mayor tesoro del mundo estaba en México en una caja de lata. Y no son doblones de a ocho, sino clichés de humildes fotografías. De la Guerra Civil española. De Robert Capa, su amada Gerda Taro y su compinche Chim Seymour. 68 años han estado ocultas, escondidas. Abrir esta mañana El Periódico de Cataluña, único diario mundial que junto a The New York Times ha tenido acceso al material original, ha sido una inyección de adrenalina. De golpe el negro lunes se convirtió en luminoso.

La historia no puede ser más sencilla: en 1940 las fotos llegan a México en 127 rollos guardados en tres cajas, en manos del general Francisco Javier Aguilar González, entonces diplomático en Francia. Allí hizo amistad con Capa, que le cedíó el material para protegerlo de los nazis. Muerto el general, su familia se vio con tres cajas de imágenes antiguas, de una guerra de Europa muy lejana. No supieron lo que hacer con ellas. Ni lo que valían. La cineasta Trisha Ziff localizó las cajas a través de los descendientes de Aguilar y les puso en contexto: tenían en sus manos un pedazo de la mejor fotografía, la memoria del corresponsal más grande del mundo y de los que estuvieron con él. El mes pasado los clichés llegaron finalmente al Centro Internacional de Fotografía de Midtown Manhattan, que fundó el hermano de Capa, Cornell. La propiedad de los negativos ya ha vuelto a la familia Capa, tras años de negociaciones con los herederos del general Aguilar, cuenta The New York Times. Mi André se murió en Indochina pensando que todo el esfuerzo gastado quedó en nada, que ese material se había perdido para siempre. Que los nazis lo habían quemado. Y ahora nos encontramos con la bendición de esta maleta mexicana que nadie conocía. Es como encontrar otra pirámide de Gizé, es como arrancar a la tierra otro cachito de los documentos del Mar Muerto, es como cazar al vuelo un verso perdido de Quevedo que anda rondando una librería descuidada de Madrid. Me importa un pimiento que me llaméis exagerada. Es Capa. Es Friedman. Y es Gerda. Con los amores una nunca puede ser objetiva. Nunca nunca nunca.

Os dejo un puñado de enlaces y, sobre todo, el correo y el teléfono que han dispuesto en El Periódico para tratar de encontrar a los protagonistas de las fotos de Capa en Barcelona. Ya que nunca le pusimos nombre a la pareja de milicianos que se come con los ojos en plenas Ramblas ni a la niña triste que descansa sobre su maleta antes de cruzar a Francia, a ver si identificamos al niño de más arriba. Sería el colmo ya...

CORREO ELECTRÓNICO: online@elperiodico.com
TELÉFONO: 93 484 37 58






domingo, 27 de enero de 2008

Lo decía el sabio de Mágina...

"Es imposible ser feliz un domingo por la tarde". Verdad como una catedral. Lo firma don Antonio Muñoz Molina. Todo se agrava si hay nubes, si no tienes plan, si el ordenador se cuelga, si tus amigos trabajan y están lejos, si eres libre y, por eso mismo, pasas frío, si tienes la cabeza en otro sitio (en Gaza, en Lisboa, por ejemplo), si sabes que la tarde gris es el preludio de un lunes negro. Canalla este domingo. Y ahora mi vecina la azafata (sí, chicos, tengo una vecina mu apañá azafata de vuelo) va y me pone a Ismael Serrano. Desesperación absoluta. Qué recuerdos. Menos mal que en este piso de prestado no hay pastillas para dormir. Es la maldición dominguera. A ver si pasa ya.

Zweig en el Reina Sofía

«Considero lo mejor concluir a tiempo y con integridad una vida, cuya mayor alegría era el trabajo espiritual, y cuyo más preciado bien en esta Tierra era la libertad personal». Con esta reflexión el escritor austríaco Stepan Zweig se despedía en una carta antes de suicidarse, en la localidad brasileña de Petrópolis, junto a su mujer, Charlotte Elisabeth Altmann, el 22 de febrero de 1942. La muerte del célebre escritor, autor de obras como «Carta a una desconocida» o «El jugador de ajedrez», despertó el interés del director carioca Sylvio Back y recreó «su última semana de vida, no su obra» en la película «Lost Zweig», estrenada en el Reina Sofía dentro del ciclo de audiovisuales «Braaaasiiiil», que se organiza con motivo de la presencia del país suramericano como invitado en ARCO. Las razones del suicidio «La mejor metáfora de la muerte es el suicidio, un acto insondable del que no se pueden conocer las razones», explica Back, que ha basado su filme en el libro del periodista Alberto Dines «Morte no paraíso». Por lo tanto, «Lost Zweig» no pretende explicar el suicidio del escritor, sino «representar la libertad poética, las conversaciones con periodistas y amigos de los últimos días de su vida. Por ello, en el ambiente de la película se percibe una despedida, ya que no fue un acto de un loco, fue una muerte poética muy premeditada». Y aunque no es posible saber los motivos que llevaron al escritor a un final tan drástico, sí es cierto que Zweig llevaba muchos años «profundamente preocupado por la situación cultural y social de la Europa de la II Guerra Mundial, llegando a creer que el nazismo se extendería por todo el planeta», reconoce el director brasileño, y añade que «fue un claro antecesor de la modernidad, porque en los años 30 ya hablaba de una Europa sin fronteras, de ahí su importancia en la actualidad». El exilio Stefan Sweig era «un humanista, demócrata, pacifista y antimilitarista», unas convicciones que, unidas a su origen judío, motivaron su exilio, que lo llevó primero por Europa, a ciudades como Londres y París, para terminar su periplo en Brasil, «un país que le encantó» en palabras de Back y en las propias de Zweig, extraídas de su carta de suicidio: «Cada día aprendí a amar más a este país, y en ninguna parte me hubiera dado más gusto volver a construir mi vida desde el principio, después de que el mundo de mi propia lengua ha desaparecido y Europa, mi patria espiritual, se destruye a sí misma». Con esta desoladora perspectiva terminó su vida uno de los más importantes escritores austríacos, que yace en un cementerio católico brasileño, a pesar de ser judío, junto a la mujer que también le acompañó en este último viaje. La proyección de esta película en España forma parte del ciclo audiovisual «Braaaasiiiil» que el Museo Reina Sofía dedica a este país. Presentada esta semana, la cinta se proyectará dos veces más los días 2 y 22 de febrero. Además de «Lost Zweig», en este ciclo se podrán visionar las también brasileñas «Brasil: a revolução tropicalista», de Dominique Dreyfus, y «A vida é um sopro», de Fabiano Maciel. Para completar la oferta cultural, la programación incluye un ciclo de vídeo bajo el título «Paisajes»; «performances» de Michel Groisman y Beth Moysés, y un concierto de Jorge Antunes. El ciclo finalizará el 29 de febrero.

sábado, 26 de enero de 2008

El camino de regreso

Su madre lo obligó durante cinco años a vestirse como una niña contra lo que la biología dictaba, todo para recuperar a la hija que se le murió. Luego su padre lo alistó forzoso en el ejército para que fuese el militar de éxito que él nunca llegó a ser. Se escapó de casa, se cambió de nombre, eludió las trincheras de la Primera Guerra Mundial de milagro, tuvo amantes por las que perdió la cabeza. El personaje de Rainer María Rilke fue durante años uno de los que más me fascinaron en la historia de la literatura. Se lo debo a un buen amigo. Pero le tenía perdida la senda. Desde hace tiempo, gracias al mejor pianista de jazz que hoy pisa los escenarios, Brad Mehldau -lo más grande que ha dado Florida en el último siglo-, he recuperado su obra. Un norteamericano que sabe de poesía en alemán. Imaginad. Mehldau me ha llevado al Libro de las horas, un compendio de oraciones, unas para Dios, otras para los hombres. Acabo de cerrarlo, temblando, y aquí os dejo algunos de sus versos.


Apágame los ojos: puedo verte;

ciérrame las orejas: puedo oírte,

y sin pies puedo andar hacia ti,

y aun sin boca puedo invocarte.

Arráncame los brazos y te asiré

con el corazón como con una mano,

detén mi corazón y latirá mi cerebro,

y si incendias mi cerebro

te llevaré en mi sangre.


Rainer Maria Rilke, Libro de las horas.-

Foteros


La gloria del periodista solitario es un embuste. Siempre he pensado que, pese a la firmitis generalizada que ensalza lo contrario, ejercemos un trabajo de equipo. Todo luce mejor cuando elaboras una información junto a un plumilla de valía aunque a veces, cuando por compañero te pilla un torpe o un creído, puede ser la ruina. Doy fe. Y no eres nadie sin un buen maquetador, un buen diseñador, un buen equipo de cierre. Quizá una de las cosas que más añoro en esta etapa institucional son esos momentos de conexión total con un compañero, y sobre todo con los fotógrafos, los chascarrillos en común, los capotazos que te lanzan cuando no sabes cuál es la pregunta correcta, el tono correcto, y ellos salen al frente con una de sus ideas, sus bromas, su sencillez. De todo hay como en botica, pero creo que en el camino he encontrado a gente genial. Unos, por ser maestros (Aparicio, Cazalla, Abad, Pérez Cabo, Japón, Juliá); otros por ser cómplices (Acedo, Barrera, Pepo, Estrada, Díaz, Ortega, Zapata, Hernández, Juanma); otros, por ser amigos (Cabello, Cuesta, Cousinou).

Los viajes en coche, las esperas por la agenda enloquecida, las sesiones de posado en las que ridiculizas al poderoso sin que se entere y ensalzas al humilde con una mirada. Las ayudas para poner el flash, las explicaciones de última hora sobre qué narices buscamos con el reportaje. Los cabreos cuando faltan caritas, los abrazos cuando se da con la foto de portada. Las interminables discusiones sobre los males del oficio, porque eso sí, del gremio son los que más se quejan, y con razón, que por algo son los más pisoteados. He tenido el honor de firmar páginas que se comen al lector con una foto espectacular, he tenido la pena de cortar obras de arte por la maldita dictadura de la maqueta. Los he visto correr, caer y levantarse, conducir como Alonso (Fernando, se entiende, el único que recuerda este país forofo), estar en tres sitios a la vez, escalar ventanas y vallas, tirarse al suelo, parar el tráfico, abrazar a una maltratada, acariciar a un niño, reconfortar al enfermo, meterse en la boca del infierno y salir con la sonrisa de lobo. Lo tengo. Lo tenemos. Ahora tocaba estar a la altura, escribir decentemente.

No todo es bueno, lo sé, miles han sido los cabreos con mis compañeros. Pero es el roce diario. Algo pasajero cuando sucede con gente buena, inquieta, lista y con conversación (fundamental eso). Cuatro meses sin vosotros ya van siendo demasiados. Y encima no sé disparar una mala foto... Se les envidia. Se les quiere.
P.D: la foto es de Pepo Herrera, de los pocos con una web apañada para que podamos seguirle la pista... Pertenece a su serie sobre Bermejales, el poblado chabolista levantado por el Ayuntamiento de Sevilla a golpe de billete en la pasada legislatura. Una vergüenza que sólo Pepo llegó a tiempo de fotografiar. http://www.pepoherrera.com/inicio.html
P.D. 2: espero no haberme olvidado de nadie... Si es así, van mis disculpas por anticipado.

viernes, 25 de enero de 2008

Líbano


Yasmina Jiménez y Susana Vera son buenas periodistas, valientes, comprometidas. Con los ojos limpios del optimista han logrado congelar en palabras y en imágenes la situación de Líbano un año y medio después de la guerra de los 34 días con Israel. Hay sonrisas, pero también mucho dolor entre los escombros. Una mezcla entre esa Suiza de Oriente Medio que fue en tiempos y el país machacado que es hoy. El glamour y la desgracia que tan bien nos canta Maruja Torres. El caso es que El Mundo ha colgado el material de Jiménez y Vera en un especial (quizá lleve mucho tiempo en la web, pero hasta ahora no lo vi). Os lo dejo:
La foto: Issaldean, de cinco años, mira por la ventana de su casa de hojalata en el poblado de Ayn Arab. Durante la guerra se mudó con sus 11 hermanos y sus padres al valle de Bekaa. En el trayecto les explotó una bomba a 20 metros de distancia, pero afortunadamente nadie resultó herido.

jueves, 24 de enero de 2008

Gaza

Fatma Abeida tiene ojos tristes, los de una niña arrancada del patio del colegio para parir niños, para criar pobres. No llega a los 18 y ya tiene dos churumbeles a cuestas. Su marido Abdesarak, imberbe casi, con cara de viejo amargado, la sigue de cerca. En su regazo, ella acuna a un bebé recién parido. En su regazo, él lleva un AK-47 que dios sabe dónde consiguió. Van camino de Egipto, en busca de pan, de patatas, de arroz, de aspirinas, de gasolina. Son palestinos, parte de esos 300.000 que ya han cruzado la frontera desde Gaza buscando alimento, futuro, aire. La libertad a siete meses de encierro tiene forma de boquete. Dice Egipto que no dejará pasar a nadie que porte un arma, pero Abdesarak cruza junto a los suyos. Lo veo en la CNN. Ojalá lo viera allí. Ojalá. Cruzan con la sonrisa del alivio, del que sabe que al menos hoy va a comer. Mañana... Mañana es cosa de los israelíes y la comunidad internacional.
Hace un minuto, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU ha pedido a Israel que levante el bloqueo de la franja. Para qué. Es sólo papel mojado. Israel sostiene que Gaza tiene lo que se merece, porque Hamás no cede en sus acciones terroristas, porque no dejan de llover cohetes sobre Sderot. Y Estados Unidos le da la razón. Así ya no importa el dolor de los palestinos, porque está justificado. Tienen un pseudogobierno maligno y por eso deben sufrir. Que se aguanten.
Dice Israel que el bloqueo no es bloqueo, que es un "sistema de seguridad para evitar el contrabando de armas, explosivos y personas", afirma en Haaretz el ministro de Defensa, Ehud Barak (otro gran negociador de la paz en sus tiempos). Pobres, ellos con tanta razón y nosotros sin darnos cuenta. Bien sé que no toda la culpa está en un plato de la balanza pero, ¿se puede ser menos autocrítico? ¿se puede ser menos sensible? ¿cabe mayor desacato a Naciones Unidas? Lo peor es que las declaraciones de los dirigentes de Hamás, lejos de poner las cosas en su sitio, parecen darle la razón al Ejecutivo hebreo. "La próxima vez sucederá en Israel, cuando explote de nuevo la situación los residentes de Gaza estarán dispuestos a sacrificar su vida", dice Ahmed Yusef, uno de los líderes de Hamás y asesor del depuesto primer ministro Ismail Haniye. Qué miedo. La venganza en vez del acuerdo. La hora de los asfixiados, de los humillados, del odio. ¿Se levantarán en armas los habitantes de Gaza? Sería el fin, la justificación a la opresión de Israel. ¿Pero tiene visos de ser posible? El cansancio y el rencor todo lo pueden. Qué poco futuro tiene esta tierra. ¿Alguién se cree que a final de este año Palestina será un estado independiente? Lo dice el bueno de Bush Jr. Lo dice Annapolis. Lo dice el sentido común. Lo niega la realidad.
P.D: La foto, de AFP.

martes, 22 de enero de 2008

Cómo se construye la noticia

Está en todas partes, pero como no tengo ni tiempo ni ánimo para escribir os dejo tan sólo el enlace con la noticia cutre del día: cómo se monta una noticia a lo burdo. Esta vez el esperpento lo firma Telemadrid. Pero es uno más, que nadie se llame a engaño. Hay testimonios redondos para una crónica que huelen a mentira; hay dramatismo añadido de escaparate (¿os suena esa redactora de Antena 3 animando a unos vecinos a lamentarse -Dios mío, Dios mío- al ver su casa anegada?); hay titulares estirados como chicle y montajes de tv que cuentan lo que a cada cual le da la gana. Qué mal estamos. Y a los directivos no se les cae la cara de vergüenza. Qué lástima.

http://www.elpais.com/articulo/espana/montaje/Telemadrid/coladero/Barajas/elpepuesp/20080122elpepunac_1/Tes

miércoles, 16 de enero de 2008

Fariseos

"As a bomb explodes in Beirut and Israel kills 19 in Gaza raids, Bush takes his Middle East peace mission to Saudi Arabia (and signs off 20bn weapon deal with repressive regime)".
Los cursis dirían que el Independent demuestra que otro periodismo es posible. Pues eso.

De premios, de guerra, de muerte


La fundación Miguel Gil Moreno y Random House Mondadori convocan al 7° Premio de Periodismo Miguel Gil Moreno. Pueden participar periodistas de todos los países. El plazo de candidaturas vence el 24 de marzo de 2008. Los participantes tienen que enviar sus trabajos (traducidos al español en caso de estar en otro idioma), con fecha de publicación entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de 2007. El premio fue creado en honor de Miguel Gil, un corresponsal independiente que trabajo preferentemente en reportajes sobre injusticias sociales y acciones de solidaridad, por lo que se e espera que los trabajos presentados se enmarquen en esa misma filosofía.Pueden enviarse candidaturas a info@fundacionmiguelgilmoreno.com. En caso de enviar fotografías, tienen que ser de 18 cm x 24 cm, formato jpg. Se pueden enviar hasta diez imágenes, con una copia de las publicaciones donde aparecieron. Más en: http://www.fundacionmiguelgilmoreno.com/.


Y el Sindicato de Periodistas de Andalucía ha convocado el II Premio Internacional de Periodismo Julio Anguita Parrado, que premiará la trayectoria de profesionales del periodismo que desarrollen su labor en zonas de conflicto bélico o áreas de especial violencia social.
Esta segunda edición del premio creado por el SPA en recuerdo del periodista cordobés fallecido el 7 de abril de 2003 en Iraq mantendrá el plazo de presentación de candidaturas abierto hasta el próximo 20 de febrero. Hasta esa fecha podrán mandar sus propuestas las asociaciones profesionales, sindicatos o instituciones y entidades que mantengan acuerdos suscritos con el Sindicato de Periodistas de Andalucía en Córdoba. El premio, dotado con 3.000 euros y una figura conmemorativa diseñada por la Escuela de Joyería de Córdoba y realizada por el Parque Joyero, será fallado en el mes de marzo. Entonces, se celebrará una reunión del jurado que este año integran los periodistas Soledad Gallego (El País), Almudena Ariza (TVE) y Pedro Lázaro (Canal Sur), los profesores Juan Luis Manfredi, director del Departamento de Periodismo II de la Universidad de Sevilla, y Antonio Rodríguez, profesor de Derecho Civil de la Universidad de Córdoba, además de Antonia Parrado, en representación de la familia Anguita Parrado, y la secretaria general del SPA, Dolores Fernández, que tendrá voz y no voto. Más en: http://www.spandalucia.com/

Masa-Vallejo

(Pablo Picasso, War and Peace).-

Masa

César Vallejo
Al fin de la batalla,

y muerto el combatiente, vino hacia él un hombre

y le dijo: «No mueras, te amo tanto!»
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Se le acercaron dos y repitiéronle:

«No nos dejes! ¡Valor! ¡Vuelve a la vida!»

Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Acudieron a él veinte, cien, mil, quinientos mil,

clamando: «Tanto amor, y no poder nada contra la muerte!»

Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Le rodearon millones de individuos,

con un ruego común: «¡Quédate hermano!»

Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Entonces, todos los hombres de la tierra

le rodearon; les vió el cadáver triste, emocionado;

incorporóse lentamente,

abrazó al primer hombre; echóse a andar…


10 de noviembre de 1937

martes, 15 de enero de 2008

La culpa

El 85% de los periodistas culpa a los programas del corazón del descrédito de la profesión. Lo afirma el informe anual elaborado por la Asociación de la Prensa de Madrid. ¿Son ellos de verdad los que más espadazos asestan a este oficio? ¿En qué medida también afecta el sectarismo, los gritos, el amarillismo, los tertulianos indocumentados, los debates que no lo son, la falta de respeto y de educación que otros, esos que sí se cuelgan al pecho la etiqueta de periodistas, derrochan a diario en los platós y alguna que otra radio? Temo que todo lo achaquemos a los chicos malos de la prensa rosa. Es muy fácil volcar sobre otros las críticas, aquello de la viga en el ojo ajeno, ya sabéis. En cualquier caso, el hundimiento de la profesión no sólo tiene una causa, no todo proviene del veneno de los cotilleos.
Quiero creer que los periodistas no lo vemos todo de un modo tan simple. O quizá sí, porque a los que nos dedicamos a la vertiente seria del oficio nos conviene. Cuánto hablamos de lo nuestro y qué poco pensamos de veras en ello.


http://www.apmadrid.es/content/view/940/191/

lunes, 14 de enero de 2008

Los guerreros de la clase media

En la revista FP de este mes tenéis un artículo de fondo muy interesante sobre la extracción social de los terroristas suicidas de hoy. Llevo días queríendolo colgar y siempre se me olvida... Aquí va al fin:

http://www.fp-es.org/terroristas-suicidas-los-guerreros-de-la-clase-media

Ángel de la guarda...


Está en (casi) todas las primeras de (casi) todos los periódicos del mundo. Clara Rojas ha podido por fin abrazar a su hijo Emmanuel. Cansados como estamos de malas noticias, permitidme que me recree en uno de los pocos titulares tiernos que nos traerá el año. Seis llevaba ya Rojas sin ver a su pequeño. "Hola mi amor. Dale un abrazo a tu mamá", le decía la política al niño que temeroso se acercaba a sus brazos abiertos. El niño que no reconoce el rostro de su madre. "Está divino. Tiene una mirada hermosa". He aquí una mujer orgullosa.

La historia aún no ha acabado, a falta de que la madre verdadera logre la custodia real de su hijo. Qué locuras, qué mundo éste en el que una madre necesita mil ADN y mil papelotes para recuperar lo que es suyo. Qué truculento todo. En el aire queda, mientras el reencuentro se convierte en convivencia y rutina, la nana sonriente de una madre a un hijo. "Ángel de la guarda, dulce compañía, no nos desampares, ni de noche ni de día...". ¿Habrá ángeles suficientes para todas las víctimas de las FARC? Hacen falta más de 700...


La imagen: EFE Bogotá.-

sábado, 12 de enero de 2008

Consejos electorales.- 1931

Por la pureza del sufragio electoral
Notas para el elector

(Toledo, 10 de abril de 1931, Archivo Municipal de Toledo).

El voto, como el beso a la mujer, se podrá dar, pero no se debe pedir.
Pedir personalmente el voto, es osadía; forzarle es atropello; arrebatarle, es humillación.
La compra del voto castiga la ley; la venta, la castiga la conciencia.
Comprar el voto al hambre es tan indigno y bajo como comprar a la miseria la virtud de una mujer.
La plata que se deja a escondidas en la mano del perjuro a un ideal, suena a acusación y brilla apagada como la vergüenza.
Al que pretenda comprar vuestro voto consideradle como indigno de vuestro respeto. Y si es amigo, como mal amigo porque desmiente su amistad al poneros en el trance de perderla.
Decidle que el ideal es flor del cerebro, y que la amistad es patrimonio del corazón.
Decidle que la misma distancia hay que salvar para llegar de vuestra amistad a su política, que de su política a vuestra amistad.
Decidle que la amistad verdadera no pide; concede.
El elector que vende su voto está incapacitado para exigir austeridad y buena administración al elegido. Recibirá, ahora, de éste el halago y el dinero. Más tarde, el desprecio; porque hacer del ideal mercancía es tan despreciable como negociar con el amor.
Al que intente torcer el rumbo de vuestra voluntad, tratadle con piedad si sois piadosos; con desprecio, si sois débiles; con doblez, si sois timoratos; con violencia de dignidad ultrajada si sois libres.
El voto honrado y libre cae en la urna como un vuelo de águila. El voto indigno busca el rincón más oscuro para ocultar el sonrojo de su indignidad.
Dejar de votar es indiferencia suicida o cobardía manifiesta. El papel en blanco está pidiendo una pluma honrada para escribir en él una palabra muy fuerte.
Votar noblemente es decir que el pensamiento es libre, que la voluntad es soberana, que el hombre es hombre.

jueves, 10 de enero de 2008

Newark









Hace seis años no había leído nada de Philip Roth. Es más, tras hojear varias entrevistas me parecía algo pagado de sí mismo y excesivamente apegado a su condición de judío con la que, pensaba equivocadamente, martirizaba a sus lectores. "Qué le verá Muñoz Molina, con el buen gusto que tiene", decía yo. Ante la insistencia machacona de Ruiz Rico, compré Me casé con un comunista, para ir empezando. Hoy adoro a Roth, como cualquiera que se haya acercado mínimamente a sus novelas o sus relatos. Me faltan un par de títulos para darle la vuelta completa a su biografía, pero en este tiempo a fuego se han quedado marcadas dos historias: El animal moribundo y Pastoral americana. La última me entusiasma, pero la primera me arrebata. Y como buen apóstol, me he dedicado a ir pregogando las bondades de la literatura de Roth como un día hicieron conmigo. Hasta el cansancio, ya me conocéis.

El caso es que un día la cadena llegó hasta Mariana, periodista, mexicana casada con un gringo medio irlandés. Hace un año que vive en Boston y ahora se está dedicando a viajar por los States. Y en una de sus rutas, ha recalado en Newark, la tierra de Roth, el escenario de todo lo que le pasa a Kepesh y compañía. Allí se encontró con referencias de un pintor, Henry Gasser, en cada esquina. Así que como regalo, Mariana me ha enviado algunas imágenes del Newark que este señor pintó en las décadas de los 40 y 50 del siglo pasado. Justo la edad de la infancia y la adolescencia del viejo judío. Poned en estos lienzos sus historias, veréis que pronto se os aparece la madre prudente, el padre trabajador, el hermano referente, las radios encendidas para saber qué pasa con Lindberg... Ahí va el regalo visual para los fieles de Roth.

Kapuscinski fotógrafo


Valladolid alberga hasta el 10 de febrero la muestra África en la Mirada. Fotografías 1962-2000 de Ryszard Kapuscinski, que reúne imágenes del maestro, tomadas durante los viajes realizados por el continente africano como corresponsal de la Agencia Polaca de Noticias. La exposición, organizada por Caja Duero y la Asociación de Periodistas Europeos y que ya ha pasado por Zaragoza y Oviedo, se puede visitar en la sala de Caja Duero. Con ella se recuerda la muerte del reportero, hace ahora un año. Afortunados los que podáis visitarla.
Si os interesa, la editorial Altair tiene editado un catálogo de fotos de Kapuscinski titulado Desde África. En la web de Kowasa, la mejor para libros de fotografía en la red, podéis encontrarlo.

Calentando motores


Estamos a dos meses menos un día de las próximas elecciones generales y andaluzas. Cada cual se prepara a su modo para emitir el voto, y a mí me da por leer para que se me aclaren las ideas. Así he dado con un libro de Tània Verge Mestre, profesora de Ciencias Políticas de la Universidad Pompeu Fabra, en el que se analiza la trayectoria, las características de los partidos españoles desde la Transición hasta hoy. Es denso, pero os lo recomiendo porque aporta un buen marco de conocimiento; aclara ideas, da perspectiva a los que cuando Tejero entró en el Congreso teníamos tres meses (y ni eso). Se titula Partidos y representación política: las dimensiones del cambio en los partidos políticos españoles, 1976-2006. Lo edita el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) en la Colección Monografías.
P.D: no hay manera de ampliar la imagen, así que cliquead sobre Mafalda y podréis leer la viñeta completa; merece la pena.

miércoles, 9 de enero de 2008

Espada

Arcadi Espada es hoy uno de los mejores periodistas de este país. De los más lúcidos, críticos, autocríticos y sinceros, con su cara buena y su cara mala. Es atrevido y valiente y ha sabido sacarle los colores a este oficio a ratos mezquino, a ratos digno. Por eso debemos felicitarnos de que acabe de estrenar un nuevo blog en elmundo.es dedicado expresamente al periodismo. A ver si propone soluciones, porque es cierto que últimamente lo ve todo tan negro que se limita a pegar bocados, que decía mi abuela. Os animo a leer sus textos (en papel prensa, en internet, en libros).

El vaquero de la paz

No sé si da más asco que pena, más grima que lástima, más rabia que tedio. El paso de vedette trasnochada de George W. Bush bajando la escalerilla del avión que le ha llevado a Tel Aviv encoje el estómago. Hay que tener muy poca dignidad para presentarse en Oriente Próximo justo cuando el mandato se te acaba, buscando la medalla de salvador de Tierra Santa en el minuto 90. Bien, es lo que han intentado sistemáticamente todos los presidentes de EEUU, pero Bush está aún menos legitimado que ellos para hacerlo. No ha movido un dedo por firmar esa paz y además ha hundido en la miseria el trabajo que durante 8 años desarrolló Bill Clinton, al que no vamos a salvar ahora pero que sí tuvo la decencia de implicarse de cuando en cuando (sobre todo cuando los escándalos de alcoba lo acosaban) con palestinos e israelíes. Bush no, nunca se ha dignado a mirar a la zona siquiera.
Ahora comienza una larga visita con la que sólo pretende mantener a raya a Irán, recordarle a Siria quién manda y camelarse el favor, tibio últimamente, de los judíos. De los radicales, aseverando que Israel debe seguir siendo la patria segura de cualquier hebreo; de los progresistas, prometiendo un Estado palestino para antes de 2009, como exige Annapolis, y guardando en su agenda media hora para el perdido Abbas. Las encuestas afirman que los judíos norteamericanos están masivamente con los demócratas (eso sí, muy divididos entre Clinton y Obama), así que un guiño republicano a escasos meses del supermartes no está de más, habrán pensado los republicanos. Total, un viaje, una sonrisa de vaquero y cuatro promesas con alfileres ni cuestan tanto ni comprometen a nada. Puro lucimiento.

Hace media hora, informa Haaretz, Bush ha abogado por eliminar los asentamientos judíos ilegales que aún quedan en Cisjordania. No es suficiente, queda Gaza, esa otra provincia autónoma y pobre. De eso, ni palabra. Tampoco de Jerusalén. "Sí, deben irse". Lo reconozco: no pensaba que fuese a decir algo tan claro, pero el problema es que ya no me lo creo. Igual es porque a Bush se le aplica la letra de los tangos que canta Poveda: "Buenas intenciones. Trae buenas intenciones pero pronto se quean en ná. Será que se le olvidaron, tendrá endeble la memoria o nunca fueron verdad".
No vamos a sacar nada en claro de semejante visita. Ni de Annapolis. Ni de la UE (que ni abre la boca ante la ronda de Bush) ni de la ONU (que en su web especial de Oriente Medio tiene por noticia más actualizada una sobre el Cuarteto datada en septiembre de 2007). Sin interés no hay solución. Sé que todo lo dicho es obvio y vano, pero lo escribo porque me puede el enfado. El señor que no ha movido un dedo. El señor que pasó de la Hoja de Ruta y de Ginebra. Él y su pareja, la señora Rice, la que hoy se quedaba sin respiración oyendo su himno en el Ben Gurión. Obama, Hilary, haced algo cuando os toque, por favor...
P.D.: La foto es de AFP y muestra la llegada de Bush al Aeropuerto Internacional Ben Gurión de Tel Aviv, acompañado del presidente israelí Simon Peres (otro que era laborista y se cambió de bando, otro Nobel de la Paz).

En recuerdo de Valtueña

Médicos del Mundo ha premiado al fotógrafo italiano Giovanni Marrozzini con el XI Luis Valtueña, el fotógrafo asesinado en Ruanda en 1997 con apenas 33 años. El primero, junto a Jordi Pujol, en esa ya larga lista de reporteros españoles asesinados mientras trabajaban. En esta ocasión se ha distinguido una serie (La caricia) que refleja el drama de los niños ciegos en Etiopía, un lastre más a la pobreza y la desesperación, por si fuera poco.
Las imágenes premiadas, junto al resto de instantáneas seleccionadas en la edición de este año, suman las 29 fotos que integran la muestra que se expondrá entre el 14 y el 31 de enero de 2007 en Sevilla, en Las Naves del Barranco (c/Arjona, 28). Más adelante la exposición rotará por otras ciudades españolas.

martes, 8 de enero de 2008

La sombra del cazador

"Sólo las partes más demenciales de esta historia son ciertas". Con esta advertencia arranca La sombra del cazador, la última película de Richard Shepard que desde luego no es la mejor historia de periodistas jamás filmada pero que me pareció, al menos, entretenida. Es ingeniosa, es divertida, es algo sensiblona cuando no debe, ácida sin pasarse (sobre todo teniendo en cuenta que se ambienta en la Bosnia de postguerra, que no es precisamente un escenario para morirse de risa). Pero lo mejor es que rescata del olvido un artículo de la revista Esquire en el que se relata el truculento viaje de unos periodistas que se ponen a buscar por su cuenta a Radovan Karadzic, el carnicero serbio que sigue como Bin Laden, en paradero desconocido, en su particular montaña de Tora Bora. El reportaje juega con una idea: si las fuerzas de la ONU, las de la OTAN, los observadores internacionales y la población serbia saben dónde encontrar al zorro y a acólitos suyos como Ratko Mladic, ¿por qué nadie los detiene? ¿Por qué son anecdóticas las detenciones de criminales de guerra de la Antigua Yugoslavia? De ahí que una expedición de reporteros (el veterano alcohólico hundido por las guerras que trata de venderle piezas a Jamaica y Perú para poder comer, el cámara que sube a realizador de postín y el novato respondón, hijo del vicepresidente de la cadena) se decidan a buscar al zorro, primero para entrevistarlo, después para cobrar la recompensa.
Shepard lo cuenta de forma tragicómica, con ramalazos estrambóticos pero totalmente imaginables en este oficio. No me creo, nunca lo he hecho, a Richard Gere, que pone la misma cara de pena imposible de Brad Pitt. Es igual si sonríe o si llora. Sin embargo, Terrence Howard (grande en Crash) lo borda. Tiene la sonrisa canalla de Carmelo Gómez en Territorio Comanche, la del cámara que consigue la imagen deseada, de quien se siente vivo entre los muertos. Un Márquez a la americana, eso sí. Me lo creo cuando compadrea con la tribu en el Holiday Inn de Sarajevo, cuando tiembla ante los serbios y cuando habla con su ligue. Tiene los mejores ramalazos de sorna, los mejores toques de humor.
Aunque la película rescate una buena historia de periodismo, no es especialmente certera a la hora de definir el oficio, pero tampoco lo pretende, así que no seremos puristas. Tiene un par de frases de pundonor y orgullo profesional, unas tópicas y otras bien logradas. Al menos no quedamos como unos cupasangres locos, ni como desalmados. Os añado el trailer por si os animáis. Lo mejor, el artículo de Esquire.
http://movies.yahoo.com/movie/1809761931/video/3191028/

viernes, 4 de enero de 2008

Tres años


Hace hoy tres años me hicieron el mejor regalo de Reyes de mi vida. Mis amigos Raúl y Manuel se liaron la manta a la cabeza y accedieron a viajar conmigo a Israel y Palestina. Son tres años ya desde que me olvidé los pasajes y el pasaporte (toda la leña) en un mostrador del Prat, desde que sufrimos el interrogatorio aquel al llegar al Ben Gurión, desde que respiramos la sal del Mediterráneo desde la otra orilla, allá al fondo, en Tel Aviv. Qué lejos queda esa primera vez, aquella aventura con banda sonora de Paco Ibáñez y The Cure, cuántas cosas han pasado desde entonces. Esta entrada, que aporta lo justo, sólo es un desahogo. La voluntad de recordar algunos de los mejores momentos de mi vida. Seis días apenas, pero seis joyas que guardar. No sabéis, hermanos, cuánto os lo agradezco.

El otro periodismo

"¿Que eres periodista? Vaya, entonces perteneces al gremio más odioso del mundo. Los periodistas son todos una panda de indocumentados, inútiles, incultos y malhablados. Así de claro te lo digo, como lo siento". Semejante ataque de sinceridad me dejó helada hace unos días. Me lo lanzó a la cara un vecino de mi nuevo bloque, con el que ya tengo pocas esperanzas de llevarme bien. Sin embargo, aunque este buen señor no quiera verlo, entre tanta basura y mediocridad, en este país también se ejerce el periodismo de altura. El otro periodismo, el minoritario (qué triste), rodeado de corazones macerados en veneno. No me voy a poner ahora a enumerar a todos los grandes del oficio. Lo que voy a hacer es recomendaros el último rincón de buen hacer que he encontrado en la red. Se llama Análisis Internacional y es un blog serio, riguroso y bien escrito, capitaneado por Iván Sevilla, redactor de TVE. Casi todos los colaboradores son compañeros de los Servicios Informativos de la pública, lo que ya de por sí le da caché a la web. Son jóvenes pero también profundos, lúcidos, inteligentes. Por ejemplo, encontraréis análisis sobre Hamás o Darfur que ya querrían firmar los grandes analistas que sientan cátedra. Un oasis quizá, pero también una esperanza. Echadle un vistazo y recuperad la fe en el oficio si es que la habíais perdido. Con gente como esta podemos ayudar a cambiar la opinión de El Roto...

jueves, 3 de enero de 2008

El poeta polaco


En la web de la editorial Bartleby informan de que van a celebrar su décimo aniversario con la edición bilingüe (español-polaco) de la poesía reunida de Ryszar Kapuscinski, inédita en español hasta el momento. La obra, que incluye varios poemas nunca antes publicados por el maestro de reporteros ni siquiera en su país, ha sido traducida por Abel A. Murcia Soriano.

En Los cínicos no sirven para este oficio, Kapuscinski ya relata que, antes de como periodista, sus inicios en la escritura fueron como poeta. En sus entrevistas siempre disfrazó esta faceta, porque afirmaba ser un mal rimador de versos. "Empecé a escribir como poeta. Cuando estaba todavía en el colegio, publiqué algunas poesías, el director de una revista se fijó en mí y me pidió que trabajara para ellos cuando acabara los estudios. Así que terminé la escuela a los 18 años y al día siguiente empecé a trabajar como periodista. Desde el primer momento descubrí lo fascinante que es esta profesión...", cuenta en su libro de conferencias. Aquí va uno de los poemas, aunque no sé si con la traducción que aparecerá en el libro de Bartleby; lo tengo desde hace muchos años, desde que descubrí al polaco viejete, desde que me convertí al kapuscinskismo.


La naturaleza y sus leyes
En este lugar la tierra se hunde

formando un valle

en cuyo fondo corre un río

su corriente estrecha

busca las grandes aguas

visibles hasta en mapitas escolares

quiere sumirse en su profundidad

desaparecer en el abismo verde

en adelante será océano

amenazante e infranqueable

devorará al atrevido al loco al náufrago

los borrará de la móvil superficie ondeante

después de la vida se mantendrán

las mismas leyes de la naturaleza – la muerte

al final del valle soleado

el Estigia y las tinieblas glaciales

un río distinto se va al fondo

del abismo del océano.

Reporteros y foteros

Tecleando la web de Reporteros Sin Fronteras cometí el error de picar .es en vez de .fr, que es la extensión correcta de la ONG. La equivocación me ha llevado a descubrir la página de la Real Sociedad Fotográfica de España, un sitio muy recomendable, con una agenda cultural potente, concursos y un buen puñado de galerías interesantes. Os dejo el enlace. Y si no hay foto de acompañamiento es porque están en Flash y no os puedo adjuntar ninguna...

http://www.rsf.es/

Chejov

LA TRISTEZA
La capital está envuelta en las penumbras vespertinas. La nieve cae lentamente en gruesos copos, gira alrededor de los faroles encendidos, se extiende, en fina, blanda capa, sobre los tejados, sobre los lomos de los caballos, sobre los hombros humanos, sobre los sombreros.El cochero Yona está todo blanco, como un aparecido. Sentado en el pescante de su trineo, encorvado el cuerpo cuanto puede estarlo un cuerpo humano, permanece inmóvil. Diríase que ni un alud de nieve que le cayese encima lo sacaría de su quietud.Su caballo está también blanco e inmóvil. Por su inmovilidad, por las líneas rígidas de su cuerpo, por la tiesura de palos de sus patas, parece, aun mirado de cerca, un caballo de dulce de los que se les compran a los chiquillos por un copec. Hállase sumido en sus reflexiones: un hombre o un caballo, arrancados del trabajo campestre y lanzados al infierno de una gran ciudad, como Yona y su caballo, están siempre entregados a tristes pensamientos. Es demasiado grande la diferencia entre la apacible vida rústica y la vida agitada, toda ruido y angustia, de las ciudades relumbrantes de luces.Hace mucho tiempo que Yona y su caballo permanecen inmóviles. Han salido a la calle antes de almorzar; pero Yona no ha ganado nada.Las sombras se van adensando. La luz de los faroles se va haciendo más intensa, más brillante. El ruido aumenta.
- ¡Cochero! -oye de pronto Yona-. ¡Llévame a Viborgskaya!
Yona se estremece. A través de las pestañas cubiertas de nieve ve a un militar con impermeable.
- ¿Oyes? ¡A Viborgskaya! ¿Estás dormido?
Yona le da un latigazo al caballo, que se sacude la nieve del lomo. El militar toma asiento en el trineo. El cochero arrea al caballo, estira el cuello como un cisne y agita el látigo. El caballo también estira el cuello, levanta las patas, y, sin apresurarse, se pone en marcha.
- ¡Ten cuidado! -grita otro cochero invisible, con cólera-. ¡Nos vas a atropellar, imbécil! ¡A la derecha!- ¡Vaya un cochero! -dice el militar-. ¡A la derecha!
Siguen oyéndose los juramenitos del cochero invisible. Un transeúnte que tropieza con el caballo de Yona gruñe amenazador. Yona, confuso, avergonzado, descarga algunos latigazos sobre el lomo del caballo. Parece aturdido, atontado, y mira alrededor como si acabara de despertar de un sueño profundo.
- ¡Se diría que todo el mundo ha organizado una conspiración contra ti! -dice con tono irónico el militar-. Todos procuran fastidiarte, meterse entre las patas de tu caballo. ¡Una verdadera conspiración!
Yona vuelve la cabeza y abre la boca. Se ve que quiere decir algo; pero sus labios están como paralizados, y no puede pronunciar una palabra.El cliente advierte sus esfuerzos y pregunta:- ¿Qué hay?Yona hace un nuevo esfuerzo y contesta con voz ahogada:
- Ya ve usted, señor... He perdido a mi hijo... Murió la semana pasada...
- ¿De veras?... ¿Y de qué murió?
Yona, alentado por esta pregunta, se vuelve aún más hacia el cliente y dice:- No lo sé... De una de tantas enfermedades... Ha estado tres meses en el hospital y a la postre... Dios que lo ha querido.
- ¡A la derecha! -óyese de nuevo gritar furiosamente-. ¡Parece que estás ciego, imbécil!- ¡A ver! -dice el militar-. Ve un poco más aprisa. A este paso no llegaremos nunca. ¡Dale algún latigazo al caballo!
Yona estira de nuevo el cuello como un cisne, se levanta un poco, y de un modo torpe, pesado, agita el látigo.Se vuelve repetidas veces hacia su cliente, deseoso de seguir la conversación; pero el otro ha cerrado los ojos y no parece dispuesto a escucharle. Por fin, llegan a Viborgskaya. El cochero se detiene ante la casa indicada; el cliente se apea. Yona vuelve a quedarse solo con su caballo. Se estaciona ante una taberna y espera, sentado en el pescante, encorvado, inmóvil. De nuevo la nieve cubre su cuerpo y envuelve en un blanco cendal caballo y trineo.Una hora, dos... ¡Nadie! ¡Ni un cliente!Mas he aquí que Yona torna a estremecerse: ve detenerse ante él a tres jóvenes. Dos son altos, delgados; el tercero, bajo y chepudo.
- ¡Cochero, llévanos al puesto de policía! ¡Veinte copecs por los tres!
Yona coge las riendas, se endereza. Veinte copecs es demasiado poco; pero, no obstante, acepta; lo que a él le importa es tener clientes.Los tres jóvenes, tropezando y jurando, se acercan al trineo. Como sólo hay dos asientos, discuten largamente cuál de los tres ha de ir de pie. Por fin se decide que vaya de pie el jorobado.
- ¡Bueno; en marcha! -le grita el jorobado a Yona, colocándose a su espalda-. ¡Qué gorro llevas, muchacho! Me apuesto cualquier cosa a que en toda la capital no se puede encontrar un gorro más feo...
- ¡El señor está de buen humor! -dice Yona con risa forzada-. Mi gorro...
- ¡Bueno, bueno! Arrea un poco a tu caballo. A este paso no llegaremos nunca. Si no andas más aprisa te administraré unos cuantos sopapos.- Me duele la cabeza -dice uno de los jóvenes-. Ayer, yo y Vaska nos bebimos en casa de Dukmasov cuatro botellas de caña.
- ¡Eso no es verdad! -responde el otro- Eres un embustero, amigo, y sabes que nadie te cree.
- ¡Palabra de honor!- ¡Oh, tu honor! No daría yo por él ni un céntimo.Yona, deseoso de entablar conversación, vuelve la cabeza, y, enseñando los dientes, ríe atipladamente.
- ¡Ji, ji, ji!... ¡Qué buen humor!- ¡Vamos, vejestorio! -grita enojado el chepudo-. ¿Quieres ir más aprisa o no? Dale de firme al gandul de tu caballo. ¡Qué diablo!
Yona agita su látigo, agita las manos, agita todo el cuerpo. A pesar de todo, está contento; no está solo. Le riñen, lo insultan; pero, al menos, oye voces humanas. Los jóvenes gritan, juran, hablan de mujeres. En un momento que se le antoja oportuno, Yona se vuelve de nuevo hacia los clientes y dice:
- Y yo, señores, acabo de perder a mi hijo. Murió la semana pasada...
- ¡Todos nos hemos de morir!-contesta el chepudo-. ¿Pero quieres ir más aprisa? ¡Esto es insoportable! Prefiero ir a pie.
- Si quieres que vaya más aprisa dale un sopapo -le aconseja uno de sus camaradas.
- ¿Oye, viejo, estás enfermo?-grita el chepudo-. Te la vas a ganar si esto continúa.Y, hablando así, le da un puñetazo en la espalda.
- ¡Ji, ji, ji! -ríe, sin ganas, Yona-. ¡Dios les conserve el buen humor, señores!
- Cochero, ¿eres casado? -pregunta uno de los clientes.
- ¿Yo? !Ji, ji, ji! ¡Qué señores más alegres! No, no tengo a nadie... Sólo me espera la sepultura... Mi hijo ha muerto; pero a mí la muerte no me quiere. Se ha equivocado, y en lugar de cargar conmigo ha cargado con mi hijo.Y vuelve de nuevo la cabeza para contar cómo ha muerto su hijo; pero en este momento el chepudo, lanzando un suspiro de satisfacción, exclama:
- ¡Por fin, hemos llegado!Yona recibe los veinte copecs convenidos y los clientes se apean. Les sigue con los ojos hasta que desaparecen en un portal. Torna a quedarse solo con su caballo. La tristeza invade de nuevo, más dura, más cruel, su fatigado corazón. Observa a la multitud que pasa por la calle, como buscando entre los miles de transeúntes alguien que quiera escucharle. Pero la gente parece tener prisa y pasa sin fijarse en él. Su tristeza a cada momento es más intensa. Enorme, infinita, si pudiera salir de su pecho inundaría al mundo entero.Yona ve a un portero que se asoma a la puerta con un paquete y trata de entablar con él conversación.
- ¿Qué hora es? -le pregunta, melifluo.- Van a dar las diez -contesta el otro-. Aléjese un poco: no debe usted permanecer delante de la puerta.
Yona avanza un poco, se encorva de nuevo y se sume en sus tristes pensamientos. Se ha convencido de que es inútil dirigirse a la gente.Pasa otra hora. Se siente muy mal y decide retirarse. Se yergue, agita el látigo.
- No puedo más -murmura-. Hay que irse a acostar.
El caballo, como si hubiera entendido las palabras de su viejo amo, emprende un presuroso trote.Una hora después Yona está en su casa, es decir, en una vasta y sucia habitación, donde, acostados en el suelo o en bancos, duermen docenas de cocheros. La atmósfera es pesada, irrespirable. Suenan ronquidos.Yona se arrepiente de haber vuelto tan pronto. Además, no ha ganado casi nada. Quizá por eso -piensa- se siente tan desgraciado.En un rincón, un joven cochero se incorpora. Se rasca el seno y la cabeza y busca algo con la mirada.
- ¿Quieres beber? -le pregunta Yona.- Sí.- Aquí tienes agua... He perdido a mi hijo... ¿Lo sabías?... La semana pasada, en el hospital... ¡Qué desgracia!
Pero sus palabras no han producido efecto alguno. El cochero no le ha hecho caso, se ha vuelto a acostar, se ha tapado la cabeza con la colcha y momentos después se le oye roncar. Yona exhala un suspiro. Experimenta una necesidad imperiosa, irresistible, de hablar de su desgracia. Casi ha transcurrido una semana desde la muerte de su hijo; pero no ha tenido aún ocasión de hablar de ella con una persona de corazón. Quisiera hablar de ella largamente, contarla con todos sus detalles. Necesita referir cómo enfermó su hijo, lo que ha sufrido, las palabras que ha pronunciado al morir. Quisiera también referir cómo ha sido el entierro... Su difunto hijo ha dejado en la aldea una niña de la que también quisiera hablar. ¡Tiene tantas cosas que contar! ¡Qué no daría él por encontrar alguien que se prestase a escucharlo, sacudiendo compasivamente la cabeza, suspirando, compadeciéndolo! Lo mejor sería contárselo todo a cualquier mujer de su aldea; a las mujeres, aunque sean tontas, les gusta eso, y basta decirles dos palabras para que viertan torrentes de lágrimas. Yona decide ir a ver a su caballo. Se viste y sale a la cuadra. El caballo, inmóvil, come heno.
- ¿Comes? -le dice Yona, dándole palmaditas en el lomo-. ¿Qué se le va a hacer, muchacho? Como no hemos ganado para comprar avena hay que contentarse con heno... Soy ya demasiado viejo para ganar mucho... A decir verdad, yo no debía ya trabajar; mi hijo me hubiera reemplazado. Era un verdadero, un soberbio cochero; conocía su oficio como pocos. Desgraciadamente, ha muerto...Tras una corta pausa, Yona continúa:
- Sí, amigo..., ha muerto... ¿Comprendes? Es como si tú tuvieras un hijo y se muriera... Naturalmente, sufrirías, ¿verdad?...El caballo sigue comiendo heno, escucha a su viejo amo y exhala un aliento húmedo y cálido. Yona, escuchado al cabo por un ser viviente, desahoga su corazón contándoselo todo.

miércoles, 2 de enero de 2008

Las violaciones de la Historia

Decía Alejandro Dumas: "Es cierto, yo violo constantemente a la Historia pero, ¿a que le hago bellas criaturas?". Con esa máxima, el rey del folletín ha marcado el conocimiento que muchos tenemos de algunos de los principales personajes de la gloria de Francia del XVI y el XVII. Da igual que los libros de texto nos expliquen que Richelieu no era tan venenoso. Nosotros siempre lo veremos como un vil intrigante que mandó matar a Buckingham, que ordenó robar los erretes de la reina Ana, que envió (con intermediaria) vino de Anjou a los cuatro amigos que defendieron el baluarte de San Gervasio.

El ejemplo del cardenal me sirve para explicar la tremenda compasión que me provoca el personaje de Carlos I de Inglaterra, el inglés al que cortaron la cabeza en 1649. Ese que gritó a la plaza ("Remember") antes de morir, el que regó con su sangre la frente del caballeroso, del noble Athos. Desde que leí Veinte años después, el Estuardo ha sido uno de mis mayores modelos de valentía y coraje, uno de los pocos perros ingleses a los que admirar. He llorado con su familia buscando dinero para mantener la corona frente al arribista de Cromwell, he galopado a su lado justo cuando le daban caza, he vivido su gratitud con los que intentaron salvarle. Porque yo quería salvarlo sobre todas las cosas, aunque fuese un maldito rey absolutista. El caso es que una biografía muy mal escrita me ha tumbado el mito: cuando declaró a España la guerra (total porque le pidieron que se hiciera católico para casarse con la Infanta, tras cruzarse en los madriles con un capitán llamado Batiste o Alatriste), arrinconó a impuestos a los suyos; se casó con una francesa católica y comenzó a legislar contra los protestantes, al fin y al cabo, los suyos; gestionó el dinero peor que mal y descuidó los ejércitos, que por todo le dimos las suyas y las del vecino cuando osó tocar Cádiz; emprendió la liberación de La Rochelle y fue un fiasco que pagó con las cosechas de los ingleses, muertos de hambre para poder dar de comer a la tropa mal pagada y desestructurada; encarcelaba a quien le daba la gana; se atrevió, osado, a gobernar sin Parlamento; recuperó diezmos que databan del siglo XIII y pateó a quien se le puso por delante porque, qué olvido el del pueblo, era rey por la gracia de Dios....

El caso es que no fue el mejor monarca de la Historia, lo que tampoco quiere decir que se ganara el hachazo en el cuello a mayor gloria del negro Cromwell (otro que ya puede hacer lo que haga, que siempre será el personaje siniestro que tenía a sueldo a Mordaunt, el hijo de Milady). El caso es que el mito se ha encogido, pensaba yo, que ya no lo lloraré tanto la próxima vez que sienta la respiración de Athos a un paso de su frente, incapaz de salvarlo. Pero no es así, no señor: hace unos días, paseando por el Museo del Prado, descubrí que la Salomé de Tiziano que cuelga en su pared fue comprada por el marqués de Laganés en la almoneda de Carlos I después de que lo mataran, y lo mismo sucede con la Venus recreándose en la música, que tras su ajusticiamiento pasó a manos de Felipe IV. Y qué queréis que os diga: el corazón me volvió a dar un vuelco, y volví a repasar la dignidad del rey hundido, la templanza ante la muerte. El daño de Dumas a la Historia se compensa con el puñado de héroes y antihéroes soberbios que nos ha legado. Aunque no se lo merezca, viva el rey.

De mal en peor


Reporteros Sin Fronteras ha hecho pública hoy su memoria anual, en la que informa de que han sido 86 los periodistas asesinados en el mundo durante 2007. No está mal la cifra, casi se ha triplicado en cinco años. Cada vez incomodamos más por ahí fuera, mientras aquí nos dormimos en las ruedas de prensa y no pregunta ni dios. Aunque quede un poco antiguo, os recomiendo un paseo por ¿Quién mató a Daniel Pearl?, de Bernard-Henri Levy (Tusquets), un libro que revive el sacrificio del humilde plumilla del Wall Street Journal que he liquidado estas navidades. Viene bien a la hora de entender que los límites entre el aventurero, el temerario y el profesional ya se pierden en este mundo de redes y telarañas, donde el enemigo está pero nunca sabes dónde. Vamos, que a veces el periodista va al matadero y piensa que le aguarda el Pulitzer. Duro y tremendamente bien documentado. Un libro, por cierto, que nunca debió ser para mí: me lo regaló en octubre de 2006 el maestro Alfredo Valenzuela, de la Agencia Efe. Fue la mañana en que visité su redacción porque habían secuestrado a Emilio Morenatti en Gaza. "Toma, quédatelo, lo tenía guardado para él pero llévatelo que a ti estas cosas te gustan. Y no sé cuándo se lo voy a poder dar...". No debí cogerlo, pero el caso es que el libro de Emilio es ahora mi libro. Le debo una.


Feliz año...

Por un año lúcido. Lo único que le pido a 2008 es sentido común.