
P.D.: la viñeta, claro, de Forges.
El primer lunes de abril de 1625, en la aldea de Meung, comenzaba la historia de amistad más intensa que han visto los siglos: la de Athos, Porthos, Aramis y D' Artagnan. Con el mismo espíritu que alentó a los cuatro magníficos abre hoy esta humilde posada al borde del camino. Para que los míos (y los invitados) se acerquen a compartir la vida. Que Dios o el Diablo os guarde...
3 comentarios:
Lo que pasa con este tipo de acontecimientos es que permanecen misterios eternos. O algo así. Y no los dejamos pasar. Si, supongo que lo que no dejamos pasar son las pérdidas. Pero para eso, se puede hacer menos escándalo. No sé, tal vez me estoy viendo demasiado insensible, pero el aniversario de algo malo, se celebra como el del bueno. Nada más que con menos fiesta. Así pasa igual con las relaciones y otras pérdidas en la vida del ser humano. Dejar ir es tal vez lo que nos hace falta. Misión cumplida para los "malos", creo.
Ayayay, un paisano mexicano! Que bueno. saludos desde san diego
Estoy contigo, Juan Pablo, hay cosas que hay que "dejar ir". Debe actuar la Justicia, y ya lo ha hecho. El dolor, ahora, en cada casa y en todos nosotros, porque nadie olvida eso en este país. Pero parece que nos regodeamos en cada aniversario, creo. No es un reproche a tu entrada, Carmela, pero me dan repelús estas ceremonias
Publicar un comentario