lunes, 29 de junio de 2009

El camino

Hace una semana, por aquí paseó el cortejo fúnebre de Eduardo Puelles. Hace una semana, uniformados de tres cuerpos diferentes lo llevaron a hombros a lo largo de los 200 metros que separan la Subdelegación del Gobierno (el Gobierno Civil, que le dicen por allí) y la iglesia de San José. Un poco más allá, Gran Vía abajo, se concentraron a la tarde decenas de miles de vascos. Y habló una viuda. Volver a andar ese camino estremece. Bajo la normalidad de las compras, el flujo del tráfico, la rutina, late un pulso nuevo. Que dure.
P.D.: La foto, de Santos Cirilo.

3 comentarios:

juancar dijo...

lo que deseamos los vascos es que ese latido se mantenga firme en las sienes y el corazón. Interesante blog. Saludos vitorianos

Unknown dijo...

Triste y necesario ese peregrinar tuyo. Creo que esos pocos metros van a quedar ya como la nueva senda de la esperanza en Euskadi.

Abrazos

Unknown dijo...

http://www.larazon.es/posts/show/hijos-de-perra

Por si no habías leído la entrada de Diego