lunes, 28 de septiembre de 2009

Buenas noches, Marruecos

Marruecos nos recibe con la barrera puesta. Para la mayoría de la delegación, tristes plumillas de boli, grabadora y poco más, no ha habido problemas. Sí para los gráficos, sí para los compañeros de Canal Sur Televisión. Traen preparados absolutamente todos los papeles que de ordinario les exige el Gobierno marroquí para grabar en su tierra, pero esta noche, en Casablanca, en este aeropuerto recién estrenado, blanco y resplandeciente, quieren más. “Traen el papel rojo, el verde, el negro y el amarillo, que son los de siempre, pero ahora les piden también el morado, que se lo acaban de inventar”, ha resumido gráficamente el compañero de Canal Sur Radio, Manuel Pérez Alcázar. Son las 23.22 hora local y los tres compañeros de la tele siguen atrapados en el aeropuerto: una redactora, un cámara y un productor. La Oficina del Portavoz de la Junta tampoco aclara mucho. Entramos en el país del que huyen los corresponsales, o donde sufren las presiones, donde la prensa no es libre y donde algunos compañeros han preferido negar que son periodistas antes que pasar el interrogatorio de rigor (del que me he librado porque ha debido pillarme el grandullón amable de la pandilla, escorado a la mirada de su rey que colgaba en un panel inmenso). Llaman a Manolo: los compañeros, tras hora y media de espera, van a salir camino de Rabat en un taxi. Pero van a salir.
Se meterán en estas carreteras por las que ahora vamos, escasamente iluminadas pero limpias, nuevas, adecuadas a los nuevos movimientos empresariales que dan nervio a Marruecos. A lo lejos, en los suburbios de Casablanca, no se veía mucha más luz, salvo en la enorme empresa de gas que se levanta como un monumento al dinero. Y yo que confundí sus torres con la mezquita mayor... La única toma de contacto que por ahora llevamos con su gente ha sido la espera en la puerta de la terminal 2, donde se agolpaban los familiares de los recién llegados, arracimados, en masa. Intenso el sentimiento de familia unida en el mundo árabe. Hermoso el reencuentro entre la gente. Lamentable la segregación, mujeres y niños a un lado, hombres a otro. De nuevo aires de morería, colores sobre la piel caramelo, voces extrañas alrededor, humedad del mar que se toca casi. Empezamos un viaje de cuatro días. Os iremos contando los capítulos. Buenas noches, Marruecos.

3 comentarios:

Arantxa dijo...

Niña, buen viaje! Espero que a los colegas de la nuestra los hayan dejado entrar sin problemas. Hoy miraré con más cariño sus informaciones.
Un besote

Paloma Jara dijo...

Estaremos esperando tus crónicas viajeras¡¡¡ Suerte y paciencia.

Oromana dijo...

Buenas noches, hermana... y cuéntate algo más... Que te vaya bien¡¡ Besos