miércoles, 9 de abril de 2008

Newseum


El santuario del periodismo
Washington enriquece su oferta museística con el Newseum

EUSEBIO VAL - Washington. Corresponsal (LA VANGUARDIA, 9 de abril de 2008).
Fotografía: Cristina Fernández (elpais.es). Antena de televisión rescatada de los escombros de las torres gemelas, tras los atentados del 11S.


Siete años de trabajos y 450 millones de dólares ha costado el imponente centro de la avenida Pensilvania Es un santuario del periodismo, en sentido literal. El nuevo museo de las noticias, en el centro de Washington, hace un alarde de tecnología interactiva y documentación audiovisual. Pero es también un monumento a la libertad de expresión y un autohomenaje de la profesión, en el que no falta un mausoleo dedicado a los colegas caídos. Los restos de cuatro fotógrafos cuyo helicóptero fue derribado en 1971 sobre Laos, durante la guerra de Vietnam, están enterrados en una urna bajo un mural acristalado en el que se recuerda, uno por uno, a los 1.843 periodistas que han muerto ejerciendo su oficio desde 1837.

El Newseum - un neologismo que une news (noticias) y museum ha costado siete años de trabajo y 450 millones de dólares, aportados en parte por gigantes mediáticos como The New York Times, News Corporation (Murdoch), Hearst, Time Warner y las cadenas NBC y ABC. Desde el imponente edificio de siete plantas, en la avenida Pensilvania, se contempla una excelente vista del Capitolio. La ya muy rica oferta cultural de Washington obtiene una adición de lujo. Sin embargo, la entrada - 20 dólares- resulta cara en una capital mimada con la gratuidad de muchos de sus museos.

El Newseum tuvo un efímero precedente homónimo, en el suburbio de Arlington (Virginia), pero cerró hace seis años. Ahora se ha rediseñado por completo y se ha multiplicado la colección. Sus promotores presumen de que no existe en el planeta otro lugar que exhiba tal cantidad y calidad de documentos periodísticos, una crónica tan completa.

En la fachada, sobre unos paneles de mármol de 25 metros y 50 toneladas, se reproduce la primera enmienda a la Constitución, que consagró la libertad de expresión como elemento clave del experimento político estadounidense. El museo, sin embargo, no olvida las vergüenzas del oficio, la manipulación de esa libertad por profesionales que se inventaron historias o fueron poco cuidadosos en verificar sus fuentes. En un vídeo se narran casos sonados de deshonestidad, como el reciente de Jayson Blair, en The New York Times o Jack Kelley, del USA Today.No se libra de reprimenda Judith Miller, la premio Pulitzer que dio por buena la versión de sus fuentes gubernamentales anónimas sobre las armas de destrucción masiva de Sadam Husein. La autocrítica se extiende hasta en los lavabos, en cuyas paredes se reproducen gazapos cometidos por los diarios en sus titulares.

El museo incluye 15 salas de proyecciones y dos estudios de televisión para uso real. El visitante puede contemplar las portadas de centenares de periódicos de todo el orbe - se cambian a diario-, primeras páginas originales sobre hechos históricos, miles de fotografías premiadas e infinidad de vídeos. Una grabación impactante - e inédita- es de la emisora de televisión neoyorquina WABC sobre el 11-S. Entre las reliquias histórico-periodísticas figura una sección de varios metros del muro de Berlín, una camioneta, agujereada por balas, usada por los reporteros de la revista Time durante las guerras de la ex Yugoslavia y un segmento retorcido de la antena de las Torres Gemelas. También se conserva el lápiz que utilizó el reportero que murió durante la batalla de Little Big Horn, aquella en la que los hombres del general Custer fueron aniquilados por las tribus indias. La tecnología en cuatro dimensiones permite revivir la retransmisión de Edward Murrow desde un tejado del Londres bajo bombardeo nazi. En unos miniplatós, los visitantes pueden emular a los presentadores de televisión. Son atracciones para seducir al público joven. El Newseum admite que su objetivo es causar impacto y educar. Por ello combina técnicas clásicas de museo con las de Disneyworld.

3 comentarios:

Anónimo dijo...
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Unknown dijo...

Bueno qué, ¿has reservado ya los billetes pa que vayamos a verlo? Me pido agosto

Unknown dijo...

Lo de la crónica virtual del bombardeo nazi está genial. habrá que ir para vivirla. En la Ser también hablan del tema:
http://www.cadenaser.com/ser-periodista/articulo/newseum-museo-noticias/20080409csrsep_1/Tes