viernes, 4 de abril de 2008

El día que descubrimos a Cox (un poco tarde)

Qué bien que nos lo pasamos leyendo a este hombre entre palomas, compañeros. Cómo contaba la resistencia de Madrid. Pena que se nos haya muerto sólo dos semanas después de que nos lo presentaran. Pena que nos cerraran la exposición y nos dejaran a medias. Y que no nos acordáramos de que vivíamos en una ciudad en Viernes Santo (Trianera, Cachorro, bulla). Y que no hubiera más que montaditos cutres en la única terraza libre. Menos mal que el mexicano nos salvó del hambre y el cine nos sacó de esa Sevilla mariana, rumbo a Bremen, a Estambul. De allí me ha traído mi amigo Borja un plano pintarrajeado, para que me anime de una vez a hacer ese viaje pendiente. Ayasofta, Bezayit, Sultanahmet, Topkapi Palace, Özbekler Tellesi son los nombres que subraya su bolígrafo urgente. Habrá que hacer caso a sus recomendaciones. Habrá que ir a probar el té.



1 comentario:

Anónimo dijo...

A quién se le ocurre ir a ver a una exposición con la Esperanza y la Macarena fuera???????