lunes, 4 de febrero de 2008

Sangre congelada


A las diez y media de esta mañana un terrorista suicida ha asesinado a una mujer en un centro comercial de Dimona (sur de Israel) y ha herido de gravedad a 11 personas más. "En respuesta al crimen", el Gobierno israelí ha bombardeado Gaza, matando a una persona, un civil también, y causando heridas a otras cinco. Sangre con sangre se paga. Y esa sangre, en vez de encender los ánimos de los políticos para impulsar de una maldita vez eso que llaman proceso de paz, no sirve para otra cosa que para "congelar" las negociaciones. Lo ha dicho el primer ministro hebreo Ehud Olmert: "Las conversaciones con el presidente de la ANP, Abu Mazen, están congeladas hasta que su Gobierno no dé una respuesta contundente a estos asesinos".
Se acabó. Llevábamos un año sin suicidas por esos lares, y de nuevo su aparición enturbia los avances (la pantomima más bien) de Annapolis y otros inventos de Bush. Lo peor es la muerte y el dolor, pero también es infinitamente malo que Israel se haya anotado un tanto a su favor: llevaba días diciendo que entre los palestinos que cruzaban a Egipto desde Rafah no sólo había niños con hambre, padres en paro, chavales sin gasolina, médicos sin medicinas. Que había terroristas y que se harían notar. Ayer fue el momento. El Gobierno israelí confirmó que el terrorista suicida (a quien acompañaba otro colega abatido por un policía tras la primera explosión) había entrado a Israel desde Egipto, sin identificarse como palestino. Un coladero, que decían los ultraortodoxos. A ver quién les quita ahora la razón. Hasta dos grupos diferentes, los Mártires de Al Aqsa y el Frente Popular para la Liberación de Palestina, se roban el mérito de la infamia. Un caos. Otro paso atrás. A ver cuándo levantamos cabeza de una vez.



La foto: AP / Diego Mitelberg

4 comentarios:

Anónimo dijo...

http://1212lasnavas.blogspot.com/

No tiene que ver mucho con esta entrada, pero va un enlace de un blog que asusta que me han hecho llegar. Miedo dan estos racistas. El islam queda por los suelos

Kacho dijo...

Nadie ignora las agresiones que sufre Israel. De hecho, cada agresión sufrida justifica ante el mundo las masacres que protagonizan. Había olvidado la frase que Gandhi nos enseñó: "Ojo por ojo, y el mundo acabará ciego."

El presente se empeña en restregarnos por la cara el pasado, como si nos reprochase nuestro desagradecimiento por el paso de los años en vano.

Queda claro el efecto que provoca que Israel se plante y diga: "No os vamos a pasar ni una."

Gracias por seguir abofeteando conciencias, hermana.

Unknown dijo...

¿Cómo era aquello de Martha Gelhorn? "Tiro piedras en un estanque pero no veo el efecto real que tienen en el agua. Pero al menos tiro piedras". Leguineche se lo sabe mejor que yo. Algo así es lo que pretendo, hermano, desahogarme y herir de vez en cuando con algo lúcido. Lo que pasa es que la mayoría de las veces no pasa de la pataleta... El día que el trabajo me libere veréis. Seré una editorialista despiadada

Unknown dijo...

Había otra gran frase de Bauluz: "No sé si mis fotos sirven para algo, pero me doy por satisfecho si retengo un segundo la mirada de la pescadera que hoy envuelve boquerones con una página de periódico". Algo así, tampoco es exacta creo. Vale la pena