viernes, 1 de febrero de 2008

Ejemplo

Se llama Daniel y es un hombre admirable. Sordo a los cuatro años, ciego a los 30, cada día batalla por mantener la normalidad a raya. En su mano recibe con gestos la información que sus ojos y sus oídos le niegan. Sin alguien que le teclee en la palma de la mano, sólo le queda el aislamiento absoluto. Su historia, tremenda, la avanza hoy El País, como previa al reportaje que Juan José Millás publicará el domingo en el EPS. Os dejo el enlace del vídeo que nos enseña a Daniel guiándose por el sol en su cara, con sus carteles pidiendo ayuda para montar en el bus o cruzar la calle, jugando con su hija. Qué historia. Qué buena. Esto es el periodismo, contarle a la gente lo que le pasa a la gente. Y más si es gente tan extraordinaria. Ahí va:

http://www.elpais.com/videos/sociedad/sordoceguera/Millas/elpvid/20080201elpepusoc_1/Ves/

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ésta fue la primera vez que escuché hablar de sordociegos. Te dejo el enlace. Un beso.

http://www.publico.es/espana
/003025/ley/dependencia/rompe/
aislamiento/sordociegos

Unknown dijo...

Error imperdonable fijarme antes en la competencia, jajaja. Gracias por el enlace guapa