Gran noticia para el oficio entre tanta crónica negra: Antonio Ramos Espejo ha sido galardonado por segunda vez con el Premio Andalucía de Periodismo, esta vez en la modalidad de Televisión -en la primera ocasión lo distinguieron por Crónica de un sueño-. Dice que es el premio a su gente, quitándose mérito como siempre. Pero se le oye feliz, muy feliz. El Pulitzer había que darle a este hombre. Parece mentira que tengamos tan cerca a uno de los más grandes del oficio de este país y no reparemos más que en los nombres de relumbrón. Por nacer en Alhama de Granada. Por no trabajar en Madrid. Fue redactor de Efe, de Ideal, de Triunfo. Director del Córdoba, el Diario de Granada y El Correo de Andalucía. Ha escrito sobre Lorca, Brenan y Carlos Cano, obre la Transición en Andalucía y, lo mejor, sobre el caso Almería, del que nadie quiere acordarse. Le hemos escuchado lecciones sobre el campo y los bancos, sobre la Junta que nacía en los 80, sobre las vueltas que hay que dar para sacar un gran tema en portada. Y nos ha legado a un escritor que quizá sin su empuje no hubiera llegado a tanto: Antonio Muñoz Molina, a quien dio su primera oportunidad como columnista. De ahí nació El Robinson urbano, pero alguno de los míos sabe mucho más de esa historia...
Os dejo el enlace con la noticia despachada por la Oficina del Portavoz de la Junta. Para que veáis los argumentos de los premios. Que, por cierto, también se han acordado de Jorge Zapata, antiguo compañero correístico. Ah, y la foto: Ramos Espejo firma en el libro de honor tras recibir la Medalla de Oro de Andalucía, concedida en 2006. "Los periodistas tenemos que reconquistar el corazón de las redacciones", dijo entonces. David Bisbal lo miraba con cara de ver a Dios. "Este hombre es un fenómeno", le dijo abrazándolo allá en el Maestranza. Pues eso. Un fenómeno.
http://www.juntadeandalucia.es/SP/JDA/CDA/Secciones/Portavoz_del_Gobierno/JDA-Indice_Portavoz/0,20311,,00;jsessionid=BCA9D8DC922D6C90A2A53DF855ABF715#n1
2 comentarios:
Un tipo de puta madre, o como se diga. Maestro del periodismo. Que vivan las batallitas que nos contaba en clase. Y los libros que nos prestó (y nos donó). Ojalá nos veamos pronto todos en la entrega de los premios. Será un bonito reencuentro, camaradas
Todo un privilegio el tenerlo como profesor.
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