Si nada se tuerce, la semana que viene a esta hora estaré en Emiratos. Es algo que hace dos meses no hubiera soñado siquiera. Y ahora es verdad. Leyendo cosas para que al menos los nombres me suenen (dice Maruja Torres que hay que estudiar mucho antes de ir a un destino, pero que hasta que no lo pisas, y lo miras, y lo hueles, y lo oyes, no sabrás nada de nada) me he encontrado con una palabra mágica:
Ras Al-Khaimah. Es el séptimo emirato que se unió en 1972 al nuevo país creado al calor del petróleo. Pero para mí es una clave mágica que me recuerda a Manuel Rivas, al que tan abandonado tengo y a quien tanto quise en tiempos. Hay un hermoso libro-disco en el que el periodista-escritor (si no es lo mismo, o casi) lee sus propias composiciones, con música incluida. Se llama
O pobo da noite. En él aparece un poema,
Mil, del que os incluyo un puñado de versos, los que hacen referencia a Ras Al-Khaimah. Aunque estén en gallego, se entienden perfectamente. Sobre todo ese gran verso final...
"Escoito, só quero escoitarte.
Pero non me preguntes o que dis.
Non podo facer dúas cousas o mesmo tempo,
entender e pensar en ti.
Qué fácil é falar con calquera lado.
Non, non cortes por favor.
Se colgas,chamarei a Ras-Al_Khaimah
ou a calquera lado.
Mentras ti falas, non teño frío".
2 comentarios:
Qué morro, lo que quieres es que te tengamos envidia. Si a ti ya ni te gusta Rivas, seguro... Y petardeando en gallego. Muy fuerte!!! Buen viaje
Oye, tanto poema ni poema. Lo que queremos es que nos traigas caviar iraní, que ahí se tiene que comprar barato. Por lo menos enrróllate con unos dátiles o algo, ¿no?
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