Fuente: http://www.larazon.es/15893/noticia/Cultura%20y%20Espectáculos/Los_%FAltimos_d%EDas_de_Zweig Información de Laura Seoane.-
El primer lunes de abril de 1625, en la aldea de Meung, comenzaba la historia de amistad más intensa que han visto los siglos: la de Athos, Porthos, Aramis y D' Artagnan. Con el mismo espíritu que alentó a los cuatro magníficos abre hoy esta humilde posada al borde del camino. Para que los míos (y los invitados) se acerquen a compartir la vida. Que Dios o el Diablo os guarde...
domingo, 27 de enero de 2008
Zweig en el Reina Sofía
«Considero lo mejor concluir a tiempo y con integridad una vida, cuya mayor alegría era el trabajo espiritual, y cuyo más preciado bien en esta Tierra era la libertad personal». Con esta reflexión el escritor austríaco Stepan Zweig se despedía en una carta antes de suicidarse, en la localidad brasileña de Petrópolis, junto a su mujer, Charlotte Elisabeth Altmann, el 22 de febrero de 1942. La muerte del célebre escritor, autor de obras como «Carta a una desconocida» o «El jugador de ajedrez», despertó el interés del director carioca Sylvio Back y recreó «su última semana de vida, no su obra» en la película «Lost Zweig», estrenada en el Reina Sofía dentro del ciclo de audiovisuales «Braaaasiiiil», que se organiza con motivo de la presencia del país suramericano como invitado en ARCO. Las razones del suicidio «La mejor metáfora de la muerte es el suicidio, un acto insondable del que no se pueden conocer las razones», explica Back, que ha basado su filme en el libro del periodista Alberto Dines «Morte no paraíso». Por lo tanto, «Lost Zweig» no pretende explicar el suicidio del escritor, sino «representar la libertad poética, las conversaciones con periodistas y amigos de los últimos días de su vida. Por ello, en el ambiente de la película se percibe una despedida, ya que no fue un acto de un loco, fue una muerte poética muy premeditada». Y aunque no es posible saber los motivos que llevaron al escritor a un final tan drástico, sí es cierto que Zweig llevaba muchos años «profundamente preocupado por la situación cultural y social de la Europa de la II Guerra Mundial, llegando a creer que el nazismo se extendería por todo el planeta», reconoce el director brasileño, y añade que «fue un claro antecesor de la modernidad, porque en los años 30 ya hablaba de una Europa sin fronteras, de ahí su importancia en la actualidad». El exilio Stefan Sweig era «un humanista, demócrata, pacifista y antimilitarista», unas convicciones que, unidas a su origen judío, motivaron su exilio, que lo llevó primero por Europa, a ciudades como Londres y París, para terminar su periplo en Brasil, «un país que le encantó» en palabras de Back y en las propias de Zweig, extraídas de su carta de suicidio: «Cada día aprendí a amar más a este país, y en ninguna parte me hubiera dado más gusto volver a construir mi vida desde el principio, después de que el mundo de mi propia lengua ha desaparecido y Europa, mi patria espiritual, se destruye a sí misma». Con esta desoladora perspectiva terminó su vida uno de los más importantes escritores austríacos, que yace en un cementerio católico brasileño, a pesar de ser judío, junto a la mujer que también le acompañó en este último viaje. La proyección de esta película en España forma parte del ciclo audiovisual «Braaaasiiiil» que el Museo Reina Sofía dedica a este país. Presentada esta semana, la cinta se proyectará dos veces más los días 2 y 22 de febrero. Además de «Lost Zweig», en este ciclo se podrán visionar las también brasileñas «Brasil: a revolução tropicalista», de Dominique Dreyfus, y «A vida é um sopro», de Fabiano Maciel. Para completar la oferta cultural, la programación incluye un ciclo de vídeo bajo el título «Paisajes»; «performances» de Michel Groisman y Beth Moysés, y un concierto de Jorge Antunes. El ciclo finalizará el 29 de febrero.
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