El primer lunes de abril de 1625, en la aldea de Meung, comenzaba la historia de amistad más intensa que han visto los siglos: la de Athos, Porthos, Aramis y D' Artagnan. Con el mismo espíritu que alentó a los cuatro magníficos abre hoy esta humilde posada al borde del camino. Para que los míos (y los invitados) se acerquen a compartir la vida. Que Dios o el Diablo os guarde...
sábado, 5 de julio de 2008
La noticia llama a tu puerta
Entro en el blog de Óscar Mijallo y me encuentro el relato acelerado del ataque con un bulldozer en la jerosolimitana calle Jaffa, que dejó cuatro muertos el pasado miércoles. Llevo días dándole vueltas. Seguro que todo pasó cerca de la oficina de TVE en Jerusalén, allí donde Agustín Remesal puso a mi disposición todos los medios que un dominguero del oficio necesita para sobrevivir. Allí donde hacía sus medianillas, donde conocí a Taly, una editora con un par, que curraba enferma y todo, donde estaba el despacho de José Luis Márquez, vacío por sus vacaciones (¡lástima!). En estos días de viajes no había visto informativos en televisión, y ahora descubro que no es que todo pasara cerca (la calle Jaffa es más larga que un día sin pan) sino que todo ocurrió a las puertas de la delegación española. Por eso, y porque se movió como dios manda, Daniel Ruiz, el cámara de TVE, logró las mejores imágenes. Lo dice Óscar y cualquiera que las vea. Periodismo en estado puro. La crónica en casa. Tremenda la secuencia completa. Ay, las cosas que pasan en Jerusalén...
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5 comentarios:
Sí, fuese curioso ver cómo ametrallaron a un cadáver.
Es una pasada ver cómo los civiles que pasean por Jerusalén van también armados e intervienen con semejante frialdad. Periodísticamente, claro, es una fortuna que te pase delante de las narices. Ya ves, es como cubrir un suceso en Madrid. No lo idealices tanto.
Qué hijos de su madre. Así de desesperaos los tienen, que hacen lo que sea cuando se les presenta la oportunidad. Canallas...
Por primera vez, al ver las imágenes, me resigné a que el puesto estaba bien asignado. Cuando supe que fue a la salida del portal, me daba de cabezazos contra las verjas electrificadas de pinchos.
Y yo estaba por alli, como una casi-turista, conviviendo con mi gente israelí, juglares de pacotilla y artistas de mala muerte.
Y ni siquiera me enteré.
Que conoyo pasa en este mundo? si no tienes tele no eres nadie y si no venden El País en el kiosko de la esquina tampoco.
Yo no tengo internet, lo siento, pero esperaba que a algún israelí se le fuera la lengua y me contará esta noticia.
De ingenuos como yo está el mundo lleno.
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