El primer lunes de abril de 1625, en la aldea de Meung, comenzaba la historia de amistad más intensa que han visto los siglos: la de Athos, Porthos, Aramis y D' Artagnan. Con el mismo espíritu que alentó a los cuatro magníficos abre hoy esta humilde posada al borde del camino. Para que los míos (y los invitados) se acerquen a compartir la vida. Que Dios o el Diablo os guarde...
lunes, 14 de julio de 2008
Felipe
Adoro a Mafalda, pero casi casi más adoro a Felipe. Pobrecito, siempre queriendo ser El Llanero Solitario, siempre en las nubes y con la imaginación desbordada (no sé de qué me suena), siempre encendido, cortado, intimidado, siempre enamorado de la pava de arriba -maldita Muriel- y siempre indeciso. Ahí, sin ganas de hacer los deberes ni de ir al cole, cercado por Susanita y sus hijitos, atribulado con el porvenir, con la responsabilidad, obsesionado con ser feliz. Estos días me han recordado muchas tiras de Quino, así que ya era hora de que dejase aquí algún pequeño recuerdo. Buena manera de empezar las vacaciones, ¿no?
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5 comentarios:
He visto tu blog en el de Mijallo. Buenos ambos. Saludos desde Zaragoza
Qué va, Libertad, siempre Libertad...
Yo una vez presté un Todo Mafalda y nunca lo recuperé. Paquito, si lees este blog, por favor... devuélvemelo, hijoputa!
¿Os acordais? En clase teníamos un Felipe (que artito que estoy, decia). Me encantaba.
Grande Felipe...
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