Dicen los agoreros que la prensa en papel tiene los días contados. Ni años ni meses. Días. Sin embargo, Neil Thurman y Merja Myllylahti, investigadores en la Escuela de Graduados en Periodismo de la Universidad City de Londres, han comprobado que las cabeceras que cierran en papel y se limitan a la edición digital fracasan estrepitosamente. Que el número de lectores disminuye cuando no hay tinta y papel poroso que sostenga la apuesta. Quizá es que aún, pese a ser viejos, los diarios guardan un espíritu de credibilidad y certeza que no da la web. Al fin un buen augurio para los que resistimos.
P.D.: La ilustración, de Luis Demano.
3 comentarios:
Ole, ole, que no nos morimos...
Dios te oida, Dieguito, que nos hacéis mucha falta
AUnque solo sirvamos para liar el pescado de manana, no mas. Al menos servimos de algo, prima
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