Está nublado afuera, en el horizonte afeado por el maldito Bernabéu, pero aquí dentro, pese al madrugón, hay sol. Me lo han regalado este fin de semana los míos, al fin un cachito de Sevilla en esta ciudad que aún me parece un poco hotel de carretera. Siempre al quite cuando más falta hace. No hay dinero para pagar a Thomas Bernhard, a los nazis, a los Young, Dylan, Joplin, Cohen y Franklin del Only you, las risas, las discusiones profesionales, el atracón de periódicos, el elástico y las melés, las gabardinas, los taxistas y el 11-M, los chistes malos, los pinchos, las palomitas con mantequilla, la carrera de Alonso a medio ver, el paseo en Mini, los recuerdos. Porque nunca se puede tener todo en esta vida, pero hay quien ayuda a que las lagunas sean apenas charcos, fáciles de saltar si vamos de su mano. Gran lunes con semejante recarga de alcalinas.
P.D.: Amanecer en Madrid, pirateado del Picasa de Antonio Martínez.
7 comentarios:
Mari, ya estás tardando en bajar. ¿O es que voy a tener que organizar un alumuerzo del lobby de 4º C con el Manfredi pa verte??
Eso mismo. Si vinieras más por Sevilla no tendrías que echar tanto de menos al personal. Hay que coger hora pa verte, muchacha! Ve planificando la próxima visita que te desheredo de mi amistad si no quedamos. Esther dice que amén. Tú verás lo que haces.
Lo que tienes que hacer es pillarte vacaciones y venirte a Murcia. Olvidarte de las quinielas esas raras y de la incertidumbre. A la playita, al solecito, con pescaíto y ensaladitas. ¿Por qué me dirá mi Juanma que no hago más que hablar en diminutivos? No lo entiendo!!!
Y cuando llegamos a Sevilla, comenzó a llover.
Por cierto, suma a la lista de recuerdos una multa. Tenía que incordiar la guardia civil!
Jajaja. Algo malo harías...
Uff, qué blandita estás!
Qué envidia me has dado!!!! Dichoso fin de semana!!!!
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