El debate y su resaca me hicieron maldormir. No había manera de pegar ojo con tanto reproche cruzado. Así que, hecho insólito en una dormilona empedernida, esta mañana me tiré de la cama y me largué a la calle cuando aún era de noche, muy de noche. A respirar. A ver con ojos soñolientos. Aunque ahora el termómetro vaya bajando por obra y gracia del frente polar que hiela media Europa, a primera hora Madrid aún guardaba el calor de un lunes luminoso, el calor de las sábanas. Y por una vez, al fin, he logrado ver la ciudad como mía. Acogedora, como un refugio, mía y de nadie, y de todos. Al fin he visto la Gran Vía como la pintó Antonio López, como un escenario al que aún no han llegado los actores, que se empieza a iluminar para la función. Y por una vez, al fin, he visto que Madrid puede ser mi abrigo y mi rincón, donde perderse y encontrarse. Ya ni el tráfico ni las prisas ni los malos modos ni el metro estresante podrán robarme ese minuto de paz. Pardiez, ahora que no sé si seguiré por estos lares es cuando empiezo a sentirme cómoda. Suele pasar. No lo aprecias hasta que lo pierdes ("Nada más amado que lo que perdí", cantaba Serrat). Nada, nada. Pamplinas. Como si no hubiera dicho nada. Esta entrada en realidad era sólo una excusa para poner un cuadro que adoro...
8 comentarios:
Hola hola! Me alegro de que te guste tanto Madrid, porque voy a visitarte en breve. Puede que hasta me quede yo también por esos lares. Te mantendré informada. Congratulations por el blog Rengel
Siempre es un placer ver la obra de Antonio López, aunque a mí me gusta más la vista desde las Torres Blancas y la serie de desnudos
Uséase, que no se vuelve usté pa Sevilla, ¿no? Eso ya lo sabíamos por aquí. Hay que tener el estómago mu duro pa que te guste esa ciudad. Cuanto más voy a Madrid más adoro a mi Cadiz.
El Madrid que acoge también es mi Madrid. La ciudad del km 0, dónde todo empieza o termina...
mmmm
creo que tengo morriña...
Nunca dejo nada y hoy por partida doble... Nada, que lo que te pasa es muy normal porque esta ciudad cuando se quita la careta enamora y encandila. cada uno debemos encontrar nuestro Madrid, hay mil dentro de esta mole de cemento y asfalto. Los que dicen que no tiene corazón es que no la conocen más que de turismo. Yo también me bajo en Atocha
Fati!!! Bienvenida a esta casa. Que vivan las mujeres valientes...
Conozco la sensación ¿de dónde viene el embrujo? Como otras, aún no he respondido a esa pregunta y ni siquiera me importa. Madrid no lo pone fácil pero terminas amándola como a la primera maestra que te exigió trabajar duro. Creo que por eso se lleva en el alma y siempre, detrás de cada crítica a la ciudad que anhelo, sigue un suspirito de nostalgia. La deliciosa dualidad del monstruo...
Qué bien visitar tu casa. Seguiré pasándome a saludar. Por aquí suenan gritos de fulanos que sueñan el sueño de otro, Bolívar, y que amenazan a un pueblo dolorido por tanto palo recibido, con mandarles tropas...absurdo, absurdo y canalla.
(perdón por la rabia y la tristeza, es que no entiendo nada y necesito desahogarme)
Un abrazo Mery!!
Mi NOE! Dios, qué bueno leerte. No sabía que te nos habías ido tan lejos. Es un honor que te pasees por aquí, siempre lúcida y tierna Noe. Qué alegría dar con la senda de la gente buena. Maldito trabajo, maldita rutina, maldito desorden que nos apartan de la gente que vale la pena. Se la quiere...
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