... que las que he usado algo más abajo. Aquí tenéis el
texto que ha escribo en su blog mi querido
Fernando Garea (El País) a propósito del atentado de hoy. Ojalá lo hubiera resumido yo tan bien.
Algo para consolarnosEn un asesinato no hay nada que no sea negativo.
Si buscamos en la tragedia matices para consolarnos nos sirve que no haya ni una sola fisura entre los partidos.
Que Zapatero y Rajoy acudan juntos a la capilla ardiente, incluido el viaje en avión de Madrid al País Vasco. Hace bien poco, algo más de un año, Rajoy y López discutieron en una capilla ardiente y protagonizaron un desagradable incidente ante los familiares de una víctima de ETA.
Que haya cambios en la respuesta del Gobierno vasco, como que el lehendakari hable de “uno de los nuestros” al referirse a un policía nacional o que la web del Ejecutivo vasco tenga el cartel “ETA no-ETA Ez”.
Que el Parlamento vasco condene unánimemente por primera vez un asesinato. Que haya banderas a media asta en la puerta del Parlamento vasco.
Que haya una izquierda independentista como Aralar que condena y que acude al ayuntamiento de la localidad donde se produjo el asesinato.
Hasta los mensajes de condena y movilización en Facebook y Tuenti, aunque todos tengamos ya el sentimiento encallecido.
Lo peor, por encima de todo, es la muerte de un ser humano.
Y es terrible que ETA nos siga marcando la agenda política. Que nos dejen hablar de otra cosa y nos impidan ser un país normal.
Que ETA mantenga capacidad para hacer seguimientos y controlar a un miembro de la Brigada de Información.
Que los Otegi y lo que representa sigan acobardados, queriendo que creamos que quieren hacer política. Ni polo soberanista ni debate interno, lo de siempre: bomba-lapa.
En la última entrevista-comunicado de ETA, los terroristas mostraban su admiración por el avance del independentismo en Groenlandia (¡), su nuevo modelo político. Lo cual demuestra su evidente falta de cerebro y que ignoran detalles tan elementales como que en Groenlandia no se mata a nadie por pensar distinto.
Y, sobre todo, cómo explicar que Vicente Ferrer y el que puso la bomba en el coche de Eduardo Puelles García pertenezcan a la misma especie.
La Audiencia Nacional no investigará finalmente el ataque de Israel sobre Gaza del año 2000,que dejó 14 muertos. Tras el recorte de competencias en materia internacional refrendado por el Congreso hace unos días, ahora los jueces dicen que mejor archivar la causa. Ya puede patalear el juez Andreu. ¿Era una injerencia en la justicia internacional? ¿Una bravata española? ¿O acaso la única manera de poner una pica en Frandes cuando la llamada comunidad internacional no mueve un dedo ante masacres de semejante calibre? No hace falta desvelar que me hubiera encantado que un juez de los nuestros hubiese mandado a la cárcel a los que ordenaron aquel ataque, pero tanto me daría que lo hiciese un magistrado de Guinea Conakry o de Mongolia. El caso es que alguien dé el paso y que los que la hacen, la paguen. Lo peor es que, con persianazos como el de España, parece que el debate no cuajará nunca. Muerto antes de nacer. Así nos va.
Desde fuera parece un buen tipo, un buen profesional. Gracias a su 
